En la columna anterior, me presenté como un afuerino con una mirada inquisitiva y propositiva y pensando en que mi misión era: Cambiar el mundo.
Hoy, ya no es necesario volver sobre quien soy, sino sobre qué hacemos y sobre todo que logramos juntos para crear una comunidad más próspera.
La Región de O’Higgins no necesita descubrir su riqueza: Ya la tiene.
Su tierra fértil, su gente trabajadora, su tradición agrícola, minera e industrial y su ubicación estratégica.
El verdadero desafío está en visualizar con una mirada crítica, la cual nos señale que hemos sido incapaces de descubrir nuestras limitaciones para crear las condiciones necesarias y lograr un desarrollo acelerado e inclusivo.
Debemos comprometernos en cambiar la institucionalidad que enfrente el desarrollo con más fuerza, incluyéndose a todos: la comunidad en su totalidad (empresarios, trabajadores, académicos, docentes, dirigentes, etc.)
Esto implica hacernos preguntas incómodas:
¿Hemos construido los sistemas de comunicación que nos permitan darnos cuenta de la realidad y son éstos veraces?
¿Nuestros ejecutivos, dirigentes y políticos están desarrollando realmente las condiciones que permitan ofrecer una sociedad más inclusiva y con mejor estándar de vida para todos?
¿Hemos procurado tener las bases y la información adecuada para lograr el desarrollo de nuestras actividades?
Pienso que no.
Esta actitud crítica de como nos hemos comportado debe generar una forma nueva de enfrentar el desarrollo de nuestros negocios y por ende el desarrollo de la región. Visto así, el progreso más que una cuestión de personas y recursos es una cuestión de actitud personal, lo que nos lleva a pensar si los centros de pensamiento y reflexión, que en toda comunidad existen, están cumpliendo su rol a cabalidad.
Cierto es, que durante el siglo XX una ola de centralización económica paralizó el desarrollo mundial.
Afortunadamente, aquello parece revertirse en este siglo. Así pues, puede ser que una nueva era de espíritu empresarial, esté por empezar. Esto, nos da renovada fuerza para asumir el desarrollo de la región de O’Higgins con más bríos y la convicción de que lograremos tener una región con altos estándares de vida que nos permita a todos vivir con mejores niveles de educación, salud y en general mejor estándar de vida.
Lograrlo es tarea de todos.