El Instituto Nacional Estadísticas (INE), ha dado a conocer los datos de la Encuesta Nacional de Empleo para el trimestre abril-junio de 2025.
La tasa de desempleo se ubicó en 8,9% para el país. En doce meses esta tasa aumentó en 0,6% explicado por el aumento de la fuerza de trabajo, vale decir, en doce meses no hubo creación de empleo.
Esto sin duda es una mala noticia para la economía y las familias, es un problema estructural muy delicado para el país. Sin embargo, lo que sorprende es la falta de iniciativas gubernamentales que busquen disminuir este nivel de la desocupación mediante la creación de estímulos, subsidios u otros para las empresas que contraten mano de obra adicional.
Por el contrario, las políticas públicas que ha impulsado el gobierno en estos años han contribuido a encarecer la contratación de trabajadores por la vía de: acortar la jornada laboral, el aumento continuo del sueldo mínimo (desacoplado de la productividad del trabajo), el mayor costo para las empresas de la Reforma de las Pensiones. Solo por mencionar algunas medidas que han ido deteriorando el mercado del trabajo y que no contribuyen a reducir el nivel del desempleo en el país.
Por otra parte, un dato que causa especial preocupación en la encuesta antes referida es la situación de aquella población de desocupados con educación universitaria o superior.
En efecto, de los 61 mil desocupados adicionales en el periodo, 53 mil, es decir un 87%, se explica por personas desocupadas con educación universitaria o superior. Se debe agregar además, que la duración del periodo de desocupación de este tipo de personas alcanzó 9,4 meses, superior al promedio de búsqueda de 7,4 meses del resto de las personas.
Este es el resultado de políticas públicas equivocadas aplicadas en el ámbito educacional, la política de gratuidad en la educación superior, aplicada en la última década y que continúa impulsada por el gobierno ha contribuido a crear frustración y desencanto en aquella población en que un título universitario era su seguro de éxito.
En efecto, esta política no solo ha incrementado el desequilibrio del presupuesto público, por tanto el déficit fiscal, sino además ha creado una sobre oferta de profesionales egresados de las universidades de cara a los requerimientos reales del mercado laboral.