A raíz de la denuncia presentada por el Sernac contra Mall Plaza Oeste —tras la caída de parte del techo del recinto que lesionó a una clienta—, el académico de la Facultad de Derecho de la Universidad Andrés Bello, César Eugenio Vargas Rojas, redactó una columna de opinión donde reflexiona sobre la responsabilidad legal de las empresas en este tipo de situaciones.
“La respuesta ya está en la Ley 19.496. Su artículo 3, letra d reconoce el derecho de cada consumidor a utilizar bienes y servicios ‘en condiciones de seguridad’ y sin riesgos para su salud”, señaló el jurista. Según explica, este deber no solo se refiere al producto adquirido, sino también al entorno en el que ocurre la transacción. “Si el entorno es peligroso, la empresa falla en el cumplimiento de este deber legal, y eso, no es transable”, advierte.
Vargas respalda su análisis con jurisprudencia reciente. Entre otros casos, cita la sentencia de 2017 contra un supermercado mayorista de Valdivia, que debió pagar un millón de pesos a una clienta que resbaló y sufrió lesiones que le impidieron movilizarse. También menciona un fallo de la Corte de Iquique en 2024 por una caída incapacitante, y uno de la Corte Suprema en 2022, donde una empresa del retail fue condenada a pagar más de 80 millones de pesos tras las lesiones sufridas por un menor dentro de una tienda.
Aunque la ley protege a los consumidores, el académico aclara que las indemnizaciones solo proceden si hay responsabilidad del proveedor. “Si el propio cliente se pone en riesgo de forma imprudente, la responsabilidad se diluye o desaparece”, explicó, subrayando que “la ley exige cuidado recíproco, pero carga el peso principal en la empresa, que controla el lugar y conoce sus riesgos”.
“Cada vez que compramos o usamos un servicio lo hacemos con la confianza de estar protegidos. Esa confianza no es un deseo: es un derecho que cuando se vulnera, la ley y la jurisprudencia ofrecen un camino claro para exigir reparación”, concluyó Vargas. “Y para las empresas, el mensaje es igual de simple: cuidar al consumidor no es opcional, es parte del negocio y si lo hacen mal, el riesgo es soportar las lesiones o incluso la muerte de un consumidor”.
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