Con la llegada del invierno y los cambios de temperatura, muchas personas buscan formas de protegerse frente a virus y enfermedades respiratorias. En ese contexto, el Dr. Miguel Valenzuela, director médico de Clínica RedSalud Rancagua, entregó una completa guía para cuidar y fortalecer el sistema inmune desde distintos frentes: alimentación, sueño, manejo del estrés y hábitos cotidianos.
La base está en la alimentación
Según explicó el especialista, una dieta variada y equilibrada es fundamental para el buen funcionamiento del sistema inmunológico. “Algunos de los alimentos y nutrientes más efectivos son la vitamina C, D, A y E, además de probióticos y prebióticos”, señaló.
Entre las principales fuentes recomendadas se encuentran los cítricos, kiwis, pimientos, pescados grasos como el salmón, zanahorias, espinacas, nueces, yogur, kéfir, cebolla y avena. “La vitamina D, por ejemplo, es crucial para la función inmunológica, y su principal fuente es la exposición solar”, añadió.
¿Y los suplementos?
Respecto al uso de suplementos, Valenzuela fue enfático: “La base siempre debe ser una alimentación saludable y equilibrada. Es la forma más efectiva y segura de obtener la mayoría de los nutrientes necesarios”. Sin embargo, explicó que existen casos específicos donde los suplementos son necesarios, como en personas con deficiencias diagnosticadas, adultos mayores o quienes tienen dietas restrictivas.
“Es crucial consultar a un médico o nutricionista antes de tomar suplementos, ya que el exceso de algunas vitaminas y minerales puede ser perjudicial”, advirtió.
El impacto del estrés y el sueño
El estrés crónico también puede debilitar el sistema inmune. “El estrés prolongado eleva los niveles de cortisol, una hormona que puede suprimir la función de los glóbulos blancos”, explicó el médico, quien recomienda ejercicio regular, técnicas de relajación, sueño de calidad, mantener vínculos sociales y establecer límites para evitar la sobrecarga.
El descanso, por su parte, cumple un rol clave. “Durante el sueño, el cuerpo produce citoquinas y anticuerpos. Dormir poco reduce su producción y la eficacia de las células T”, detalló. Los adultos deberían dormir entre 7 y 9 horas por noche, evitando el uso de pantallas antes de acostarse.
Señales de alerta
Algunas manifestaciones de un sistema inmune debilitado pueden ser infecciones frecuentes o prolongadas, fatiga crónica, heridas que tardan en sanar y problemas digestivos. “Si se experimentan varias de esas señales de forma persistente, es recomendable consultar a un médico”, dijo Valenzuela.
Frío y defensas: mitos y verdades
Si bien el frío no debilita directamente las defensas, sí genera condiciones que favorecen la transmisión de virus. “En invierno hay más confinamiento, baja humedad y menos exposición solar, lo que puede afectar al sistema inmune”, explicó el médico.
Entre sus recomendaciones para enfrentar esta temporada se encuentran mantener una dieta rica en nutrientes, hidratarse bien, ventilar los espacios cerrados, evitar cambios bruscos de temperatura, hacer ejercicio, dormir lo suficiente y vacunarse. “La vacunación es fundamental y de la mayor relevancia”, enfatizó.
Finalmente, recordó la importancia de mantener una buena higiene de manos y evitar tocarse la cara para reducir el riesgo de contagio.
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