En el Centro Experimental INIA Hidango, comuna de Litueche, se realizó un importante encuentro entre ganaderos ovinos del secano de la Región de O’Higgins, integrantes del Grupo de Extensión Tecnológica (GET) de Ovinos, junto a representantes de INDAP Litueche y del municipio local. El objetivo fue analizar los pasos necesarios para avanzar hacia la formación de una cooperativa que permita impulsar la comercialización del cordero del secano, en especial de la Raza Hidango, logro de más de 40 años de investigación.
La reunión fue encabezada por el director regional de INIA Rayentué, Cristian Aguirre, y contó con la exposición del mejorador genético de ovinos, el investigador Rodrigo de la Barra, quien abordó aspectos claves sobre la asociatividad, los beneficios de la figura cooperativa, y las herramientas de valorización como denominaciones de origen, sellos de calidad, marcas territoriales e indicaciones geográficas.
“El trabajo colaborativo entre ganaderos, instituciones y centros de investigación como INIA permite dar pasos concretos hacia una producción más organizada, con mayor valor agregado y mejores oportunidades de comercialización. Nuestra misión como instituto es acompañar estos procesos desde la base técnica, pero también desde una mirada estratégica para el desarrollo rural”, señaló Cristian Aguirre, director regional de INIA Rayentué.
El GET de Ovinos del Secano es coordinado por el investigador de INIA Rayentué, Marcelo Quezada, y reúne a criadores de las comunas de Navidad, La Estrella, Litueche y Marchigüe, quienes buscan fortalecer su cadena productiva y acceder a nuevos mercados con un producto diferenciado, reconocido por su origen y calidad.
Rodrigo de la Barra explicó que “una cooperativa bien estructurada no solo mejora el poder de negociación, sino que permite acceder a plantas certificadas para el procesamiento, envasado al vacío y conservación de la carne, cumpliendo con altos estándares de inocuidad alimentaria. Además, incorporar estrategias de diferenciación como un sello de origen o una identificación geográfica pueden aumentar significativamente el valor del cordero, permitiendo su ingreso a nichos como restaurantes, supermercados o tiendas gourmet”.
Actualmente, el proceso se encuentra en una fase de análisis y formación, con el acompañamiento técnico de INIA, que está guiando a los ganaderos para que puedan cumplir con los requerimientos legales, sanitarios y logísticos necesarios para establecer una cooperativa sólida. Esta figura asociativa podría permitirles mejorar sus ingresos al dejar de vender el cordero como animal entero y, en su lugar, ofrecer cortes seleccionados con valor agregado.