Cuando se trata de diseñar o renovar un baño, muchas veces se pone el foco en la estética. Sin embargo, hay un factor igual de importante: la resistencia de los materiales frente a la humedad. La elección de una repisa que soporte bien el vapor o salpicaduras, por ejemplo, puede evitar deformaciones, manchas o incluso hongos. Además, materiales poco adecuados pueden deteriorarse con rapidez, obligando a realizar reemplazos prematuros.
El mueble de baño, por su parte, cumple una función tanto decorativa como práctica. Es el lugar donde se guarda lo esencial del día a día: toallas, artículos de higiene y productos de limpieza. Por eso, su estructura debe estar fabricada con materiales que no sólo luzcan bien, sino que resistan el uso intensivo y la constante exposición a la humedad.
Uno de los materiales más utilizados es el MDF con revestimiento melamínico. Este ofrece una buena relación entre precio y apariencia, y puede imitar otros materiales como la madera natural o el mármol. No obstante, si no está correctamente sellado en los bordes, puede absorber agua y dañarse fácilmente. Para evitar este tipo de problemas, muchos optan por repisas flotantes o modulares en melamina hidrófuga, una opción pensada especialmente para zonas húmedas.
La madera maciza, tratada adecuadamente, es otra alternativa valorada por su calidez y estilo atemporal. Eso sí, requiere un tratamiento impermeabilizante constante y un mantenimiento más riguroso. Aún así, una repisa de madera bien cuidada puede ser un aporte decorativo elegante.
En cuanto al mueble de baño, también se puede optar por materiales más modernos como el PVC o los plásticos reforzados, que no se ven afectados por el agua. Son livianos, resistentes y fáciles de limpiar, aunque su diseño puede ser más limitado. El acero inoxidable es otra opción interesante, sobre todo en baños de estilo industrial o minimalista. Este material es resistente a la humedad, duradero y muy fácil de mantener, aunque también suele tener un costo mayor.
Los materiales cerámicos y los cubrimientos con piedras sintéticas o cuarzo también se utilizan para lavamanos integrados, combinados con muebles que llevan cajones o compartimentos. En estos casos, es fundamental verificar que la estructura interna esté bien sellada y que los anclajes sean de buena calidad para soportar el peso y el uso cotidiano.
Además, el tipo de ventilación del baño influye directamente en la durabilidad del mobiliario. Un espacio sin buena circulación de aire tenderá a acumular humedad, lo que afecta negativamente incluso a los materiales más resistentes. Por eso, más allá del tipo de mueble de baño que se elija, es recomendable instalar un extractor de aire o mantener las ventanas abiertas regularmente.
La instalación también juega un papel importante. Una repisa mal montada o un mueble que no está bien fijado puede terminar cediendo con el tiempo, especialmente si se saturan con peso o si el material se debilita por el agua. Por eso, contar con una buena mano de obra y seguir las instrucciones del fabricante es clave.
Al momento de elegir los materiales para el mobiliario del baño, conviene pensar más allá del diseño y considerar la durabilidad frente al uso diario. Materiales resistentes, bien sellados y apropiados para ambientes húmedos pueden marcar una gran diferencia en el largo plazo, tanto en términos estéticos como funcionales.