En una íntima y emotiva ceremonia realizada en la Primera Comisaría de Rancagua, Carabineros de Chile oficializó un gesto cargado de simbolismo: el ascenso de Javiera Salazar Cortés, joven oriunda de Doñihue. Desde hace años, Javiera ha estado presente en la vida de la institución, forjando un lazo que trasciende lo formal.
“Ella soñaba desde pequeña con ser carabinero. No tuvo límites”, relató el coronel Nibaldo Sánchez Cabrera, prefecto de la Prefectura Cachapoal. “En 2019 fue nombrada carabinero honorario, lo que le permite vestir el uniforme y participar en actos protocolares. Hoy decidimos ascenderla porque se lo merece. Es parte de nuestra familia”.
La historia comenzó en la infancia. “Como ella es extremadamente prematura, siempre pasaba por acá. Caminó como a los cinco años, y apenas aprendió, ya se me arrancaba a la comisaría”, recordó su madre, María Cortéz. “Nunca me la han dejado de lado. Si a un carabinero le pasa algo, ella lo siente como propio”.
Javiera, quien vive con una discapacidad cognitiva del 70%, representa un ejemplo de perseverancia y afecto incondicional hacia la labor policial. “Ella va a salir a trabajar con nosotros, va a acompañar a los carabineros”, añadió el coronel Sánchez. “Y también hay que reconocer a su madre, por el apoyo constante”.
“¿Cómo ayudas tú a los carabineros?”, le preguntamos a Javiera. “Dándoles dulce. El favorito es el de corazón”, respondió entre risas.