«La seguridad en Chile cambió radicalmente en los últimos diez años. Lo que antes eran delitos segmentados, hoy son bandas multipropósito, bien armadas, bien financiadas, capaces de hacer de todo: Trafican armas, secuestran, asesinan», afirma con crudeza el senador Juan Luis Castro (PS) al inicio de una profunda conversación con El Tipógrafo.
Castro recordó la actitud del gobierno hace no mucho tiempo sobre algunos temas de seguridad “yo recuerdo incluso que el ex subsecretario Monsalve, en el año 2022, en algún momento, por Arica, negó la existencia en Chile bandas organizadas o cualquiera de esas figuras que se veían lejanas, pero el tiempo terminó demostrando que esos hechos si ocurrían y hoy es parte de un paisaje que está instalado en Chile y va a durar seguramente un tiempo, ojalá, lo menos posible, pero existe”.
El parlamentario, representante de la Región de O’Higgins, sostiene que la crisis de seguridad se arrastra hace años, pero que en el último tiempo ha adoptado características desconocidas para Chile. «Lo que antes se veía solo en Centroamérica, hoy está instalado aquí: el sicariato, la extorsión, el copamiento territorial. O’Higgins no es una excepción, y eso es gravísimo», advierte.
Sobre lo que ocurre en O’Higgins el senador fue claro “aquí en los últimos dos a tres años claramente se ha notado un antes y un después y los indicadores de homicidio que han sido noticias en estos días son categóricos en que esos 56 homicidios están también especialmente asociados a crímenes organizados, o sea, grupos que ejecutan enemigos o simplemente se producen enfrentamientos con un resultado sangriento dramático”.
Castro apunta directamente al Estado como un actor débil, incapaz de responder a la altura del fenómeno. «Hemos tenido una delegación presidencial ineficaz, que ha reaccionado con lentitud y con planos más verbales que reales. Y eso, siendo parte del gobierno, lo digo con dolor y convicción. No se puede seguir actuando como si este problema no existe», remarca.
Pero su crítica más dura es al nuevo Ministerio de Seguridad Pública, cuya instalación califica como un acto de “improvisación imperdonable”. Según el senador, la repartición comenzó a operar sin seremis titulares, sin espacio físico en algunas regiones, sin RUT para funcionar administrativamente y con funcionarios que ni siquiera sabían qué hacer. «Esto no es por falta de leyes. Es una falla política de conducción y planificación. A diez meses de terminar el gobierno, no tener a los mejores a cargo en cada región es inaceptable», sentenció.
En el caso de O’Higgins, Castro denunció que el Ministerio de Seguridad Pública ocupa hoy el espacio donde debería funcionar la central de monitoreo de drones anunciada por el propio gobierno en reiteradas oportunidades. «Ha sido re-anunciada varias veces y aún no funciona. Esa sala lleva tres años esperando. ¿Quién responde por eso?», preguntó.
El senador también se refirió al trágico hecho ocurrido en un estadio durante un partido de Colo Colo, que terminó con la muerte de dos jóvenes. «Aquí no hay un plan real para estadios seguros. No sabemos quién manda. Las barras bravas se han adueñado del fútbol chileno con la complicidad de algunos dirigentes, y el Estado ha sido incapaz de poner orden», sostuvo.
Finalmente, valoró que en este caso al menos una autoridad, la encargada del plan Estadio Seguro, haya asumido una responsabilidad política. Pero lamentó que eso no ocurre en otras áreas: «Hoy falta coraje. No hay consecuencias. Se echa de menos una autoridad que diga: ‘esto es mi responsabilidad’ y actúe en consecuencia».
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