La crisis de seguridad ocupa los titulares, pero hay otra emergencia que avanza silenciosa, cotidiana, y que para muchos es aún más dolorosa: la salud pública. Así lo advirtió el senador por O’Higgins, Juan Luis Castro, médico de profesión, quien entregó un crudo diagnóstico de la situación regional: más de 120 mil personas en lista de espera para una consulta de especialidad y más de 90 mil esperando una operación quirúrgica. Una situación que, asegura, es insostenible.
«Estamos frente a un paciente crítico. El sistema de salud está en una situación grave», afirmó el parlamentario, quien sostuvo que no basta con anuncios o diagnósticos, sino que urge una intervención profunda, estructural y con voluntad política real.
Castro explicó que la concentración de especialistas en Rancagua genera un “cuello de botella” que impide la atención oportuna de pacientes provenientes de otras provincias. «Tenemos una discriminación geográfica interna. Según estudios de la Universidad de O’Higgins y la Seremi de Salud, a igual cáncer, la distancia territorial influye en si una persona llega o no a tiempo para su tratamiento. Eso es gravísimo», sentenció.
El senador también apuntó al déficit de infraestructura: «Tenemos dos hospitales en proceso de reposición, Rengo y Pichilemu, pero todo avanza lento. San Fernando, el más obsoleto de todos, requiere una intervención urgente, y San Vicente sigue atrapado en trabajos burocráticos y medioambientales».
En cuanto a recursos humanos, el diagnóstico es igual de crítico. «Tenemos un sistema público que atiende al 80% de la población con solo un 30% de los médicos. Mientras tanto, el 70% de los profesionales está en el sistema privado, donde conseguir una hora con un especialista puede demorar meses y costar cifras altísimas», señaló.
Para el senador, esto exige un cambio de paradigma. «Hay que volver a tener médicos especialistas hospitalarios de jornada exclusiva. De lunes a viernes, de 8 a 18 horas, con turnos de llamado como en las clínicas privadas. El sistema público debe volver a tener un estatuto médico fuerte y moderno».
Durante la pandemia, recuerda Castro, se logró una integración efectiva del sistema público y privado. «Actuamos como un solo sistema de salud. Eso evitó efectos más catastróficos. Hoy, la magnitud de la crisis es suficiente para volver a integrar los dos mundos, no de manera simbólica, sino real, con el sistema público como columna vertebral».
El senador destacó que FONASA avanza hacia transformarse en un seguro público. “Desde junio, comenzará la modalidad de atención priorizada para enfermedades quirúrgicas no AUGE, lo que permitirá reducir las listas de espera con bonos más accesibles”, explicó.
De cara a los meses finales del gobierno y al nuevo ciclo electoral, Castro llamó a no desaprovechar la oportunidad: «Este año será friccionado, con muchas candidaturas. Pero los logros obtenidos no pueden perderse. La próxima administración debe tener claridad sobre dónde están los verdaderos cambios que la gente necesita».
En su reflexión final, el senador fue categórico: «Esta es la peor desigualdad social que vive la gente. Cuando te enfermas, lo primero que te preguntas es: ¿Qué tengo?, ¿Cuánto me va a costar?, ¿Cuándo me van a atender?, ¿Me podré morir si sigo esperando? Esa incertidumbre, ese drama, es lo que debemos enfrentar con decisión».