El otoño trae consigo temperaturas más bajas, días nublados y una mayor circulación de virus respiratorios. En este contexto, las infusiones naturales se posicionan como una excelente forma de reconfortar el cuerpo, aportar beneficios a la salud y acompañar las rutinas diarias.
Una de las favoritas para esta estación es la infusión de jengibre con limón, ideal para reforzar el sistema inmune y prevenir resfriados. Aporta un efecto antiinflamatorio y reconfortante, especialmente si se consume caliente y endulzada con un toque de miel.
Otra opción muy recomendada es la manzanilla, que ayuda a la digestión y calma los nervios. Tomarla al anochecer puede favorecer un sueño reparador, tan necesario cuando los días se acortan y el cuerpo se adapta al cambio estacional.
La infusión de canela con clavo de olor es otra excelente alternativa otoñal: su sabor especiado y aroma intenso no solo reconforta, sino que también tiene propiedades antibacterianas y digestivas.
Para quienes buscan desintoxicar el organismo tras los excesos del verano, el té de boldo o menta ayuda a depurar el hígado y aliviar el malestar estomacal. En tanto, el rooibos con naranja o vainilla ofrece una opción libre de cafeína, rica en antioxidantes y con un sabor cálido ideal para las tardes frías.
En resumen, el otoño es el momento perfecto para incorporar infusiones a la rutina diaria. No solo aportan bienestar físico, sino que también invitan a hacer pausas conscientes, disfrutar del presente y reconectar con lo natural.