Con profundo cariño y esperanza, Monseñor Guillermo Vera Soto, obispo de la Diócesis de Rancagua, dirigió un saludo de Pascua de Resurrección a los fieles de la Región de O’Higgins, proclamando con gozo la gran verdad de la fe cristiana: “Cristo ha resucitado”.
“Muy queridos amigos y amigas, Cristo ha resucitado, y esta certeza tiene que ser también nuestra certeza”, expresó monseñor, destacando cómo esta fe ha animado por siglos a tantas personas a hacer el bien, a resistir en medio de la adversidad y a confiar en que el mal ha sido vencido.
El obispo recordó que creemos en un Cristo vivo, paciente y misericordioso, “que nos mira con cariño y a cada uno nos dice: tú eres valioso a mis ojos”. Esa mirada amorosa de Jesús resucitado, señaló, debe llenar de esperanza el corazón de todos los creyentes.
“La oscuridad de la tumba vio la luz de la gloria del Señor”, afirmó monseñor Vera, invitando a que nuestras propias oscuridades “se llenen también de luz y de esperanza”.
Este saludo, sencillo y lleno de fe, busca acompañar espiritualmente a todas las comunidades de la diócesis durante este tiempo pascual, renovando la alegría de saber que Jesús vive y camina con nosotros.
“Que la certeza de la resurrección de Cristo nos anime en medio de toda adversidad”, concluyó el obispo.
Desde la Diócesis de Rancagua, la Iglesia proclama con alegría: ¡Cristo ha resucitado! ¡Feliz Pascua para cada familia y comunidad!