En un rincón de Coltauco, Pedro Caroca Flores, con casi ocho décadas de vida, celebró un hito que representa tanto su pasión personal como la memoria histórica de la comuna: hizo funcionar una máquina a vapor que tiene más de un siglo de antigüedad.
«Siempre aspiré a tener mi locomóvil y hacerlo andar», comentó emocionado. El proceso, que le tomó 10 años, incluyó la reconstrucción de piezas originales y la fabricación de otras desde cero. «Tuve que hacer una pieza completa, como la báscula, y hasta usar un pedazo de amortiguador de un Toyota», señaló, destacando su ingenio para restaurar esta reliquia.
Pero, ¿qué es un locomóvil?
El locomóvil es máquina a vapor usada para movilizar o activar maquinaria agrícola o forestal, mediante correas y sin necesidad de rieles. Se utilizó primero en la agricultura, para operar trillas o cosechas, y más tarde en el sector industrial, fundamentalmente en aserraderos y el procesamiento de madera.
El que volvió a funcionar en la Región de O’Higgins es un Marshall de 8 caballos de vapor fabricado en Inglaterra, que llegó a Chile a finales del siglo XIX. En Coltauco, durante los años 60 y 70, los aserraderos operaban con motores de vapor y la comuna era conocida por su actividad industrial. «Había unos 34 aserraderos en la ciudad», recordó Pedro, «y cuando llegaba el mediodía, los pitos de las máquinas anunciaban que era hora de almorzar; cada uno tenía su sonido característico».
Tradición, familia y legado
La restauración no fue solo un logro técnico. «Cuando lo vi funcionar, con mi familia alrededor, fue algo indescriptible. Es un logro personal, pero también una forma de mantener vivas las tradiciones de nuestra comuna», expresó Pedro. En un emotivo consejo a las nuevas generaciones, destacó la importancia de respetar las tradiciones y valorar la historia. «Coltauco tiene tradiciones, y esta máquina, que parecía condenada al olvido, es un testimonio de eso«.
Pedro también habló del impacto que ha tenido este proyecto más allá de la comuna: «Ha tenido repercusión nacional, sobre todo en el sur, donde trabajaron con estas máquinas. Ver algo así volver a la vida genera recuerdos, nostalgia, incluso lágrimas».
Una reliquia para el futuro
Pedro, consciente de su legado, ya piensa en el futuro del locomóvil: «Cuando me vaya, mi hijo continuará cuidándolo. Sé que seguirá funcionando, incluso cuando ya no quede ni recuerdo mío. Esta máquina, que soportó más de 100 años a la intemperie, es un símbolo de resistencia y fortaleza».
CRÉDITOS DEL VIDEO: MUNICIPALIDAD DE COLTAUCO
Comentarios
Noticias recientes
Más Leídas