El 24 de julio de 2023 es una fecha que muchos trabajadores de Codelco División El Teniente no olvidarán. Aquel día, un sismo sacudió la mina, destruyendo más de 2.000 metros lineales de galerías en áreas claves como Pilar Norte y Teniente 7, lo que dejó gran parte de la producción paralizada. “Fueron más de 2 mil metros lineales de galería que cayeron, lo que detuvo por completo las áreas explotables de Recursos Norte y Reservas Norte”, explica Nolberto Vega, jefe de Unidad Sub-6.
Impacto inmediato: producción a la mitad
La producción diaria, que rondaba las 50.000 toneladas antes del sismo, cayó a unas 24.000 toneladas. Vega detalla el efecto de este duro golpe: “Nos dejó solo Dacita en operación”. A partir de ese momento, el foco estuvo en la seguridad de los equipos y en comenzar el lento proceso de recuperación.
Adaptación ante la crisis
El esfuerzo colectivo fue clave para retomar las operaciones. Víctor Coros, ingeniero de Planificación de la Gerencia de Recursos Mineros y Desarrollo, describe el desafío: “Intentamos entender qué nos había ocurrido y las consecuencias que esto tuvo para la mina completa”. La respuesta fue rápida, pero no exenta de dificultades. La zonificación y las reparaciones avanzaron, pero la necesidad de priorizar los trabajos complejizó el proceso.
Francisco Llanca, jefe de Turno de Perforación y Tronadura del Sub-6, admite que la recuperación implicó adaptarse a tareas fuera de lo habitual: “Con el equipo estábamos incorporando áreas, trabajando en perforación y tronadura, pero tuvimos que transformarnos y meternos en las reparaciones”. El cambio de estrategia fue necesario, aunque no estuvo libre de riesgos. “Fue un desafío para todos, enseñar y aprender cómo es el trabajo de reparación”, añade Llanca.
Un enfoque en la seguridad y el trabajo en equipo
Patricio Flores, jefe de Unidad de Preacondicionamiento y Reparaciones, lideró parte de los trabajos más críticos. “El mayor desafío fue ser capaces de reinventarnos para lograr este objetivo final”, asegura. Las reparaciones avanzaron sin accidentes, algo que Flores destaca como un éxito, aunque reconoce que el proceso aún no ha terminado: “Hasta ahora, logramos más del 80% de las reparaciones”.
A pesar de las dificultades, el equipo mantiene su mirada en el futuro. Diego Garcés, jefe de Crecimiento de la Mina Norte, afirma que han avanzado en la incorporación de nuevas áreas para explotación: “Llevamos del orden de 3 mil metros cuadrados, entre julio y agosto”. Este progreso ha permitido un incremento en la producción de 7.000 toneladas diarias.
Una lección de resiliencia
Lo que más destacan los trabajadores es el compromiso colectivo. “Con esto se hizo patente uno de los pilares de nuestro Sello de Liderazgo, que es el objetivo común”, subraya Nolberto Vega. Patricio Flores coincide: “Demostramos que somos capaces de reinventarnos, adquirir conocimientos y salir adelante”.
Para Diego Garcés, la coordinación entre equipos fue fundamental para el éxito. “La seguridad, planificación y el involucramiento de todos fue muy importante. Eso también lo incorporamos como aprendizaje para futuras emergencias”, concluye.