Los datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) indican que el descenso de las cifras fue incidido por la baja de exportación de vino tinto, que se redujo en 16,8% en los últimos doce meses, seguido por los demás que descendieron en un 29,3%. Mientras que la exportación de vinos blancos y espumosos disminuyó en un 4,1% y 6,5% respectivamente. Por su parte mostos creció en un 4%.
¿Cuáles son las causas?
Para el doctor Yerko Moreno, director del Centro Tecnológico de la Vid y el Vino de la Universidad de Talca esto es producido por muchos factores partiendo por la disminución del consumo en China y los efectos de la pandemia de Covid-19 en la cadena de suministros “subieron los costos de flete, por ejemplo, los costos de la energía, y además tuvimos serios problemas de distribución de vino en algún momento durante la pandemia, era muy difícil concretar una exportación”.
Otro aspecto a considerar por el especialista es el cambio de hábitos de los consumidores, pero no sólo los consumidores chinos, sino que de “los consumidores a nivel mundial, dependiendo de la generación, algunos prefieren comprar menos vino y de mayor calidad, Otros consumidores que están consumiendo otros productos alcohólicos y los combinan con frutas, con jugos, que sean un poquito más entretenidos y más diversos, e incluso hay un grupo de consumidores que optan por no consumir alcohol”.
Además, hay un cambio del consumo de vino desde los tintos hacia los blancos, que según Antonio Punti, presidente de la Ruta de vino de Cachapoal “siempre habíamos hablado de un consumo, por ejemplo, en Europa, de un consumo de tintos del 70% versus un 30% de blancos. Hoy día estamos con un consumo de unos 35% de tintos versus un 65% de blancos”.
Otro factor que ha incidido en esta baja en las exportaciones y producción es el sobre stock de la industria, tal como indica Claudio Civelti, gerente general de Vinos de Chile AG, el que destacó que hay un exceso de oferta “que no se ajusta con la disminución del consumo de vino por la fuerte competencia con otras bebidas alcohólicas y cambio en las preferencias de los consumidores hacia productos con menor grado alcohólico”. Lo que ha generado una acumulación de inventarios de vinos, con un elevado costo de financiamiento.
Y en este aspecto el doctor Yerko Moreno, agregó que existe un problema estructural a nivel mundial, y ha existido desde hace muchos años, históricamente la producción de vino ha estado muy por sobre el consumo mundial “si uno hace un análisis desde el año 2005 hasta el año 2023, la producción ha fluctuado entre 250, en los peores años, y entre 290 y 295 millones de hectolitros en los mejores años, como el 2018. Mientras que el consumo ha fluctuado entre los 250 y para el año 2023 en 221. Eso significa que en promedio tenemos entre 30 y 35 millones de hectolitros, todos los años, que se producen en exceso”.
Moreno agregó que solo el año 2017 hubo un calce perfecto entre la producción y el consumo, con una producción de 248 millones de hectolitros, y un consumo de 247.
El economista agregó que a nivel nacional en los últimos años hemos producido 237 millones de hectolitros, y el consumo ha sido de 221, lo cual ha generado más de 16 millones de hectolitros de excedentes.
Los expertos aún no hablan de crisis, pero las cifras obligan a actuar.
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