Con tan solo 27 años, Javiera Cortez ha hecho historia al convertirse en la primera coyina aceptada en el prestigioso programa del Instituto Internacional de Ciencias Astronáuticas (IIAS) de Estados Unidos. El programa PoSSUM, respaldado por Flight Opportunities de la NASA, la Agencia Espacial Canadiense y otras entidades internacionales, ofrece una posibilidad única para prepararse como candidata a científica astronauta.
Javiera representará a la Región de O’Higgins en el Programa de Calificación de Científicos Astronautas (PoSSUM), una capacitación inmersiva de tres semanas de seminarios y cinco días prácticos, con profesionales internacionales. Este proyecto brinda las habilidades necesarias para realizar investigaciones sobre la próxima generación de vehículos espaciales comerciales.
“Esto ha sido emocionante, una montaña rusa. Cuando recibí la noticia estaba con toda mi familia, que son pilares fundamentales para mí, me puse a llorar. Realmente, ha sido un gran trabajo completar todos los requisitos y llegar a este momento. Mi sueño es que en el futuro, Chile vaya al espacio”, relató.
Nacida en la localidad precordillerana de Coya, Javiera cursó su enseñanza básica allí, demostrando amplias habilidades académicas desde temprana edad. Posteriormente, estudió Ingeniería Civil Geológica en la Universidad Católica de la Santísima Concepción y realizó una maestría en el Centro de Estudios y Experimentación de Obras Públicas de Madrid.
El principal apoyo
A lo largo de su trayectoria, el apoyo de sus padres fue crucial. Su madre, Karla Gómez, profesora de enseñanza básica, le inculcó hábitos de estudio y el valor de ser una fuente de inspiración. La historia de su padre como operador en Codelco División El Teniente, despertó su curiosidad por la minería y la ingeniería.
Fue mientras estudiaba que la película “Interestelar” terminó por consagrar en Javiera el deseo de ver a una mujer latina en el espacio. Hoy, casi 10 años después, está a punto de cumplir su sueño y alcanzar este hito espacial.
“Ser coyina, mujer y sobre todo ser chilena es un orgullo. Estoy muy orgullosa, no solamente de eso, sino también de mis raíces, de ser una persona de la región. Ser de una localidad pequeña en este mundo tan grande para mí es un honor. Mostrar a los demás que no importa dónde vivas o estudies. Si tienes un sueño debes tener la voluntad de cumplirlo”, señaló Javiera.