Presidio perpetuo calificado, es decir, de por vida, fue la sentencia en Santa Cruz para Luis Díaz Espinoza, padre del pequeño Luis «Luchito» Díaz, autor del parricidio del niño de 11 años en marzo de 2020, en el sector de Palmilla.
La condena se dictó por unanimidad y el juicio se desarrolló de forma presencial, donde se demostró fehacientemente el delito perpetrado por Luis Díaz Espinoza.
La jueza vocera del TOP de Santa Cruz, Paulina Delgado, indicó que presidio perpetuo calificado es la más gravosa de las penas.
Antecedentes del caso
El cuerpo de la víctima fue encontrado con una veintena de lesiones cortopunzantes a un costado del río Tinguiririca y fue el padre quien informó el hallazgo en un sitio eriazo de difícil acceso.
El fiscal jefe de Santa Cruz, Gabriel Meza, dijo que los antecedentes «daban cuenta claramente de la participación de una tercera persona, por las lesiones que mantenía la víctima. Vinculaban directamente al padre biológico y el imputado reconoció su participación en los hechos investigados».
«Dentro de las pericias que se realizaron se encontró alcohol en la sangre del niño (…) No hay otra persona que no sea el imputado quien le suministró esta sustancia», añadió el persecutor.
En la formalización del hombre enfrentó cargos por parricidio y en la instancia la Fiscalía expuso diversos antecedentes, entre ellos que el imputado citó al niño mediante redes sociales.
La familia de Luchito levantó en Palmilla un memorial en su nombre, donde vecinos y cercanos también han contribuido a su mantenimiento.