Asombrosamente la historia, fuente de información y enseñanzas inagotable y fecunda, muchas veces deja ignorados entre sus páginas, episodios que merecen la pena recordar.
Uno de ellos, es el nombramiento efectuado por Bernardo O´Higgins, del distinguido patriota José María Villarreal Osorio, como Secretario de la Intendencia de la Provincia de Santiago, a pocos días de la victoria de Chacabuco en febrero de 1817.
Lo interesante del caso, se ve reflejado en una carta enviada por Villarreal a O´Higgins, el 24 del mes y año señalado, la que se encuentra en el Tomo XVII del Archivo de nuestro Padre de la Patria.
En ella, el distinguido patriota le manifestaba al Director Supremo, sus más profundos agradecimientos por el honor que se le otorgaba, dejando constancia, humildemente, que quizás podría llenar los deberes del cargo, pero que también se desempeñaba como Secretario del Ilustre Ayuntamiento, cuya foto acompañamos .
Derivado de lo anterior, dejaba constancia, que a su juicio, no era conveniente ocupar los dos cargos, renunciando voluntariamente con ello, a un significativo aumento de sus remuneraciones y a una cuota no menor de poder.
Solicitaba, por tanto, que se le dispusiera cuál de los dos cargos ejercer, dejando constancia expresamente que; “Por más que mi condición es solo obedecer, mis únicos designios son consagrar todo lo que puedo, y todo cuanto soy, en defensa de mi amada Patria”.
Lo anterior, es un claro ejemplo de un servidor público, que pudiendo aprovecharse de las circunstancias que le toca vivir, prefiere hacer presente sus reparos, iluminado por el deber ser, en lugar de mezquinos intereses.
La vida de don José María atestigua su amor por Chile, de profesión abogado, fue, entre otros cargos, Secretario de Hacienda en 1814, participó en la elaboración de la Constitución de 1818, se desempeñó como Secretario del Senado entre 1818 y 1822, puesto desde el cual abogó por la reapertura del Instituto y la Biblioteca Nacional, fue Diputado por Colchagua en 1823, Regente de la Corte de Apelaciones en 1828 y Presidente de la Academia de Leyes y Práctica Forense el mismo año.
Después de tantas décadas de a lo menos un parcial e involuntario olvido, rendimos a través de éstas líneas un merecido y justo homenaje a tan distinguido patriota, esperando que su ejemplo proveniente del pasado, ilumine a los actuales habitantes de nuestro querido Chile.