Vemos que tras el relevante triunfo de Gabriel Boric en estas primarias- logrando más de un millón de votos y superando el 60 % de los sufragios de la coalición- el candidato en su primera alocución cita al ex Presidente Salvador Allende. Rememora este fatídico 11 de Septiembre de 1973 en el cual el mandatario, pronuncia su último discurso avizorando que se “abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre para construir una sociedad mejor”.
Si vemos el programa de Boric, dentro de sus ejes se encuentran la descentralización, revisando para ello la actual legislación para otorgar mayores competencias y atribuciones a los gobiernos regionales y municipios. Promueve el transporte público gratuito sin emisiones, planteando un desarrollo sustentable basado -entre otros tópicos- en energías renovables, descarbonización de la matriz energética, una política de sustentabilidad ambiental que privilegia el agua, incluida la de mar, como derecho humano y al hidrogeno verde como una oportunidad de crecimiento ineludible para el futuro del país.
Más allá de las lógicas discrepancias o diferencias entre los diversos textos programáticos, vemos que los lineamientos principales de esta propuesta se enmarca dentro del crecimiento sustentable que caracteriza a los países líderes en la Organización Mundial del Comercio (OCDE).
La injusticia social y la desigualdad en el derecho a las prestaciones básicas -agua, electricidad, salud, educación, jubilación, vivienda digna, deporte, entre otras-, dejan en singular entredicho la importancia del aumento del Producto interno Bruto (PIB) de Chile en un 3, 2 el primer trimestre de este año y que el PIB per cápita llegue a US$ 30.000 en unos 4 años, según el Fondo Monetario Internacional (FMI), liderando la región.
Estas cifras contrastan con la vivencia -más que la percepción- de millones de personas a las que no les llega el impacto de las cifras de crecimiento económico. De allí que las “buenas noticias” son que el programa de BORIC apunta a corregir la inequidad pero pareciese no vislumbrarse del texto la afectación de la propiedad privada ni la libertad de emprendimiento. Una cosa es la eliminación de las AFP, la instauración del sistema público y de calidad en la salud o la educación, entre otros derechos fundamentales, y otra es afectar a las empresas en su rol vital para el funcionamiento de los efectos positivos del mercado, como la creación de empleo con una justa y digna remuneración y la necesaria recaudación fiscal. Vamos viendo lo que nos proponen las distintas candidaturas.
El Estado debe asumir su rol regulador, fiscalizador, y -cuando lo amerite- titular de la gestión. Y no cualquier Estado, sino uno eficiente, moderno, basado en el mérito de sus funcionarios.
Presenciamos una oportunidad histórica de construir el Estado Social y democrático de Derecho que transforme -para bien- la sociedad chilena, en lo económico, social y cultural. Apartarnos y denunciar la ideologización infundada de caminos que nos llevan al despeñadero. Abrazar los caminos que nos llevan por las grandes alamedas del crecimiento inteligente y sostenible.