Uno de los problemas más grandes que ha enfrentado la autoridad es la continua realización de fiestas clandestinas, tanto en Santiago como en regiones. Y es que, sin ir más lejos, el pasado fin de semana 40 personas fueron sorprendidas en una celebración no autorizada, en el sector Molinos Quemados, en Rancagua.
En este sentido, la psicóloga y académica de la Universidad de Talca (Utal), Nadia Ramos, aseveró que lo primero que se debe analizar es la dificultad de la población al momento de acatar la normativa. “Cuando las personas no cumplen una norma, eso también tiene que ver con antecedentes del contexto. Cuando hay una dificultad para comprender las normas, las personas suelen hacer una valoración que sea más favorable a lo que ellos quieren”, expuso.
En otro sentido, Ramos sostuvo que “si yo creo que estoy menos expuesto al riesgo, entonces relajo la norma. Eso puede explicar de alguna manera por qué las personas deciden realizar una fiesta clandestina en un contexto de riesgo y donde hay normas específicas”.

En términos psicológicos, la profesional indicó que producto de la naturaleza humana hay una necesidad de socializar. “Desde una mirada más clínica, nosotros somos seres sociales y la necesidad de contacto y de relación con otro es importante (…) La necesidad de juntarnos, de ver a nuestros seres queridos es una necesidad básica del individuo y eso puede explicar por qué las personas realizan fiestas para encontrarse”, aseguró.
Asimismo, planteó que “a raíz de una enfermedad, como es el Covid 19, además de prevenir el contagio tenemos que adaptar nuestro modo de vida”.
Por otro lado, el psicólogo del Centro de Estudios y Atención Psicológica (CEAPSI), de la Universidad San Sebastián, Alejandro Góngora, explicó que “hay un impacto psicológico por el encierro. Tiene que ver fundamentalmente con el encierro, lo que se produce son las discontinuidades de la vida”.
En ese sentido, el experto sostuvo que el hecho de asistir a una fiesta clandestina no tiene relación con el ahogo o la ansiedad, sino más bien con un tema de responsabilidad. “No habría que poner como un efecto las cuarentenas y las fiestas clandestinas. La juventud busca maneras de divertirse y esa manera de divertirse siempre tienen que ver con estar un pie afuera de la lógica social. Siempre implica algo de transgresión (…) Otro tema es la responsabilidad donde jóvenes hacen fiestas clandestinas que con las restricciones que hay, le hacen un gallito a las normas. Pero eso no es porque estén estresados por el coronavirus y el encierro. Probablemente si esas personas están yendo a fiestas clandestinas hacen otras cosas”.