El año 1994 el Congreso Nacional decretó el 18 de agosto, como el Día de la Solidaridad en Chile en homenaje al Padre Hurtado, fallecido el 18 de agosto de 1952, quién se destacó por su acción solidaria en favor de los niños y adultos abandonados o en situación de calle.
De hecho, para tal acción fundó en el año 1944 el Hogar de Cristo, institución aún vigente y de prestigio nacional e internacional, sin embargo, el que el Hogar de Cristo aún tenga vigencia, es signo que como sociedad no hemos sido capaces de solucionar los problemas sociales, ya endémicos, que sufre parte importante de nuestra población.
Sin embargo, al Padre Hurtado, hoy San Alberto, sería injusto identificarlo sólo por su acción solidaria, el Hogar de Cristo o por su camioneta verde, con la cual recogía a niños y adultos desamparados. Existe en él una faceta menos conocida, menos divulgada, no por culpa de él, sino por parte de la Iglesia y de sectores católicos conservadores, a los cuales no les ha interesado, el que se conozca su faceta Social. Por cuanto esta hiere su conciencia y pone en peligro de pérdida, parte de su riqueza, si es que se atiende los ruegos de justicia social, que también divulgaba el padre Hurtado.
No le fue fácil al padre Hurtado crear conciencia entre los católicos de las necesidades de apoyo solidario a los desamparados, pero donde tuvo más resistencia, fue a sus ideas de justicia social, sobre todo entre los católicos más acomodados. Resistencia que aún persiste en esos grupos sociales. Como ejemplo, cuando fundó en 1945 La Acción Sindical y Económica Chilena (ASICH), fue acusado de parte de la jerarquía de la Iglesia y por los empresarios de abrir la puerta al comunismo.
El año 1947 gracias al Papa PIO XII, logró apoyo para preparar dirigentes sindicales y patrones jóvenes en el pensamiento católico y la doctrina social de la iglesia. Fue a ellos a quienes expuso sus pensamientos de justicia social y que se plasmaron en las siguientes frases seleccionadas de su amplio repertorio al respecto, que suenan contemporáneas y que debieran no solo hacernos meditar sino actuar:
“Los malos cristianos son los más violentos agitadores sociales”. – “Las personas con sentido social no esperan que se presenten ocasiones extraordinarias para actuar”. – “El enfoque liberal de la economía ha resultado desastroso en la vida real. Consiste en subordinar al hombre a la riqueza y al consumo”. – “La caridad comienza donde termina la justicia”. -“Aunque parezca extraño es más fácil ser solidario que justo”. – “Rompió el pan ¿por qué? Para destrozarlo (…) no, para ser distribuido”.
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