“Habitamos un mundo gobernado por el miedo, el miedo manda, el poder come miedo, ¿Qué sería del poder sin el miedo? Sin el miedo que el propio poder genera para perpetuarse”. (…) (El miedo manda, programa de televisión en Canal Encuentro, 2008. Eduardo Galeano).
La estrategia de meter miedo a las personas para conseguir objetivos políticos, económicos y religiosos, no son nuevos en la historia nacional o mundial. Estas campañas del terror tienen un fondo maquiavélico: “El fin justifica los medios.” Para ello, no se trepida en mentir y crear escenarios terroríficos.
La religión, por ejemplo, amenaza a los feligreses con el infierno a quienes no cumplan con sus dogmas. La misma iglesia durante siglos defendió la monarquía como sistema político aduciendo que el poder de los reyes provenía de Dios, y quién osare revelarse a los reyes, estaría desafiando a Dios, por lo que podrían ser castigados por el Altísimo.
En la historia de Chile reciente, ha habido campañas del terror para evitar la Reforma Agraria, La Nacionalización del Cobre, el derecho a sindicalizarse. También mediante esta misma estrategia, se trató de impedir el triunfo del No, durante el plebiscito de 1988 y se logró el triunfo de Piñera, señalando que, si ganaba Guiller, Chile se convertiría en “chilezuela”.
Hoy la campaña del terror por parte de sectores políticos y económicos se centra en dos temas de interés ciudadano: El uso del 10% de las AFP por parte de los afiliados a este sistema de pensiones y a las consecuencias negativas que podría tener si ganase el apruebo, en el próximo plebiscito constitucional.
Algunos sectores políticos, acostumbrados a actuar paternalmente con los ciudadanos, no creen en la sabiduría y madurez de estos para forjar su propio futuro. Las campañas del terror son un viejo truco, apoyado por la influencia de sus medios de comunicación y sus representantes en el parlamento y de los círculos del poder económico.
No me cabe dudas que, a pesar de su demonización, el pueblo en su mayoría se inclinará, en octubre, por el apruebo, como el miércoles pasado producto de su apoyo mayoritario, el parlamento, aprobó el uso del 10% de las AFP. Si bien Galeano tiene en cierto modo razón, el pueblo de Chile, está demostrando, que como hoy, y nunca más, le tendrá miedo a los cambios que les favorezcan, ni a los poderosos.
José Alvarez Lara







