El envejecimiento de la población en Chile constituye un hecho indesmentible. Si en 1970 había 19 adultos mayores por cada 100 niños menores de 15 años, en 2015 los adultos mayores eran 73 y la proyección dice para el año 2022 serán 103. Esto, de acuerdo a la información emanada del Instituto Nacional de Estadísticas.
Por este motivo, para todos los actores que trabajamos con la tercera edad y que día a día luchamos por mejorar su calidad de vida, es de suma importancia contar con insumos concretos -cifras y estadísticas reales-, acerca de la realidad que viven hoy los adultos mayores de nuestro país, que permitan orientar tanto las políticas públicas, como los distintos programas y proyectos que impulsa el sector privado.
Si a lo anterior le sumamos que nos encontramos en un contexto político-social donde los adultos mayores están en el centro del debate, entonces la IV Encuesta Nacional de Calidad de Vida en la Vejez, que realizó Caja Los Andes en conjunto con la Pontificia Universidad Católica, es doblemente valiosa ya que entrega una base sólida para tomar mejores decisiones y, si es necesario, repensar lo que estamos haciendo.
En ese sentido, la noticia positiva que entrega esta medición es que el mejoramiento de la sensación de bienestar de las personas mayores en Chile constituye una tendencia positiva a lo largo de los años, ya que un 72,3% se declaró “satisfecho o muy satisfecho” en este ítem, lo que representa un aumento de 15,8 puntos en comparación con el 56,5% que se registraba en 2007, momento en que se inició esta medición trianual.
Estos resultados pueden ser consecuencia del incremento en la satisfacción de las necesidades de afecto y recreación que manifiestan los encuestados, ya que por primera vez ambos ítems anotan cifras positivas por sobre el 80%.
No obstante, y quizás en el otro polo, esta misma medición da cuenta que la principal preocupación de la tercera edad es “tener que depender de otras personas”, con un 63%, superando ampliamente a la preocupación de sufrir dificultades económicas (43,7%), a pesar de que desde 2013 a 2016 ha aumentado el porcentaje de personas mayores de 60 años que trabajan remuneradamente (de 29,7% a 32,4%), lo que da cuenta que este sector de la población percibe como necesario extender su vida laboral para complementar sus pensiones.
Los resultados de esta encuesta nos permitirán tomar acciones concretas para poder suplir las distintas necesidades de los adultos mayores; tanto económicas como de salud, afecto, vivienda y recreación. Constituye, por tanto, un gran desafío el poder consolidar a las cajas de compensación como entidades que aporten a la calidad de vida de los pensionados, especialmente cuando la mayoría de éstos se encuentran afiliados a nuestras organizaciones.
Nelson Rojas M.
Gerente General
Caja Los Andes