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Ana María Garrido, la mujer detrás del éxito académico del Colegio Inglés Saint John

MIÉRCOLES, 24 DE AGOSTO DE 2016
Publicado por

Carolina Riquelme


La historia de la rectora que ha logrado posicionar a este establecimiento de Rancagua como cuna de la excelencia académica. 


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La rectora del prestigioso Colegio Inglés Saint John, Ana María Garrido, reconocido a nivel regional y nacional por sus logros académicos, dejó de lado por un momento su demandante trabajo al mando de la institución educacional para conversar sobre su historia personal, sus inicios profesionales en la ciudad de Rancagua y cómo disfruta su presente tras desarrollar una exitosa carrera al frente del legado de su madre, la fundadora del recinto, Irma Rivera.
Ana María cuenta que si bien sus orígenes están en Chillán, lugar donde cursó su educación inicial y de donde egresó posteriormente del Liceo de Niñas, hoy se siente una rancagüina comprometida con la ciudad que la acogió a los 22 años, momento de su vida donde decidió radicarse en la capital de O’Higgins.
Esta identificación responde a las gratificaciones que le ha entregado la ciudad, las cuales se resumen en logros profesionales y personales, pues aquí comenzó su exitosa carrera como docente y además formó su familia, esta última compuesta por su esposo Guillermo Neale, sus dos hijos y cuatro nietos; estos últimos le cambiaron la vida y hoy son su ilusión y motivación para disfrutar el día a día: “mis nietos son los que me ocupan prácticamente todos los fines de semana, eso me llena, me ilusiona, todo lo que hago en la semana es pensando que llegue el fin de semana, pienso que bueno que es viernes porque voy a ir a Santiago a ver a mis nietos, también tengo dos acá en Rancagua, entonces ahí voy compartiendo con los chicos”, señala la rectora.
Llegó a Rancagua por compromisos laborales de su esposo, pero la decisión no la frustró pues acá estaba su madre y dos hermanos, por ende se juntaría la familia tal como siempre incentivo su mamá, después se sumaría otro hermano, hasta que finalmente se fueron reuniendo todos en Rancagua: “armamos este tremendo clan, mi mamá nos aclanaba mucho, era una mujer muy de juntar a la familia: hijos, nietos (…) ella siempre estaba preocupada de atendernos muy bien, era una mujer sumamente acogedora, entonces esas características hacían que quisiéramos estar siempre cerca de ella”, recuerda Ana María.
Imagen materna
El amor expresado por sus nietos demuestra la sensibilidad que posee la profesional, se emociona cada vez que habla de ellos: “mi tiempo libre es para  mis nietos, es una cosa que me marca, me llena el verlos crecer, me emociona también el verlos despertar en la mañana y proyectarme con ellos en 10 o 15 años más, me dan emoción los niños, ver esa pureza, candidez, la  alegría de ver a la madre, a su abuela, de  ver su juguetito es muy lindo”, comparte.
Confiesa que en el colegio también siente estos sentimientos con los niños que componen la comunidad educativa: “una de las cosas que más me agrada es ver a los niños contentos en el colegio, ver como juegan en el recreo, como disfrutan, son niños que se sienten tan contentos, felices y eso es una cosa que uno tiene que cuidar mucho, me da una pena profunda ver a un niño triste, no puedo verlo, siento que hay que actuar y  ver qué le pasa, cómo llegar a él, como ayudarlo, contenerlo”, sostiene la docente.
Ana María no ahorra en palabras para expresar la admiración que siente por su madre, de hecho le atribuye la sensibilidad que la caracteriza a ella: “es absolutamente para mí un referente, una mujer importante en mi vida, de mucho carácter, siempre guardando grandes sueños y de muchos ideales yo en realidad he querido seguir sus pasos, creo que me falta mucho para alcanzarlos”.
Éxito profesional y proyecciones
La humildad es otra de las características que representa a Ana María, quien asegura que lo alcanzado por su institución ha sido sin duda un logro de toda la institución: “tengo un súper equipo, sumamente competente, todo el equipo de gestión, profesores, los admiro y soy una permanente agradecida de todo lo que hacen, sin ellos no podríamos lograr de ninguna manera lo que hasta aquí tenemos”, señala.
Respecto a las proyecciones, la docente confiesa que espera continuar frente al colegio hasta que se pueda, seguir estudiando y perfeccionándose, ya que a su parecer “eso no termina jamás”. En el ámbito personal anhela tener más nietos, pues sería bonito que esto sucediera, dice.
La música su otra pasión
Además de su amor por la pedagogía, Ana María señala que su otra pasión es la música, dentro de esta particularmente la ópera, normalmente los fines de semana con su esposo disfruta de esta escuchándola y viéndola, incluso, confiesa que están suscritos a las temporadas del Teatro Nescafé de Las Artes donde transmiten ópera en directo del Metropolitan de New York, “eso nos da mucho gusto, además cuando podemos vamos al Municipal y obviamente siempre hemos estado acá en el Teatro Regional cuando  están dando ópera”.
Para concluir, explica que su gusto por la ópera ha sido influenciado por su esposo, el que se potenció con la pasión por la música ya heredada de sus padres. Por esto asegura que su institución además de lo académico busca apoyar a los jóvenes que sienten fascinación por este arte, como meta espera potenciar aún más que los niños participen de esta disciplina, asegura que es una tarea pendiente.

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