La letra del tango » Cambalache » de Enrique Santos Discépolo,es un poema universal que se baila.Su autor graficó de manera precisa la impronta de la sociedad de su tiempo,en rigor,dijo en su obra el carácter decadente,turbio,malicioso,manoseado,mediocre del siglo XX. Cada verso es una acusación,una protesta y una denuncia.
Han pasado años desde la aparición de ese tango,y ya cursa el siglo XXI…
Aquello de …» el que roba en su ambición…»…y…» el que no afana es un gil…» son prácticas y realidades plena y brutalmente vigentes en el Chile de hoy.
La sociedad chilena tanto como impactarse por los últimos hechos que constituyen graves delitos,que hablan de cohecho,de lavado de dinero,de estafas al fisco,de soborno,de colusión,de tráfico de influencias, y del espurio maridaje del dinero y la política,con justa razón se ha indignado.
La burla,el escarnio,la mentira,los abusos,la corrupción,las injusticias de cada día como prácticas entronizadas en todos los niveles,principalmente de los poderes económico y político, han colmado la paciencia de millones de chilenos.
Los casos PENTA y CAVAL ampliamente divulgados,son los más recientes,sin duda hubo otros,hay y los habrá…Aquello tan pregonado de que en el país la corrupción no era o no es un flagelo tan manifiesto como lo que sucede en otras latitudes,era y es una mentira más. A la chilena…se esconde la basura debajo de la alfombra,ya por demás abultada de tanto que guarda.
Ya nada parece limpio,nada es sano,nada ni nadie parecen creíbles,el país es un pantano.Si este año hubiese elecciones solo votarían los candidatos…La llamada » clase política » permanece hundida en el desprestigio,el mundo empresarial y financiero lo mismo.Las entidades espirituales tampoco salvan,igual situación los medios de prensa,y otras múltiples instituciones que el país conoce.
Se vive un estado,una sensación de insania,de injusticia que abarca y afecta a toda la sociedad.Ejemplos de ello hay miles. Es insoportable que en el país haya sectores tan abusivos, privilegiados por los millonarios montos salariales que perciben -parlamentarios entre ellos -,que se reeligen cuantas veces quieren,pero también otros.Funcionarios del Estado que ocupan cargos inútiles – muchos de ellos carentes de calificación -,designados en pago por servicios políticos parasitan en sus poltronas,mientras millones de asalariados y pensionados no alcanzan a los ingresos mínimos para sobrevivir.Todo es un brutal escándalo que indigna.
La prisión debe ser efectiva para los asaltantes de la ética,otros deben renunciar a sus cargos de representación parlamentaria.Devolución de todos los dineros mal habidos.No sirven como está probado,comisiones que de fondo,de raíz nada resuelven.De paliativos los ciudadanos están más que hastiados.
Carlos Poblete Avila
Profesor de Estado
Director Centro de Estudios
Conciencia Crítica