
Este jueves el Colegio Moisés Mussa debe un entregar completo informe sobre el accidente.
En circunstancias que están siendo materia de investigación, el pasado jueves 12 de junio, a las 15:30 horas, un alumno de cuarto básico del establecimiento municipal Moisés Mussa -identificado como Alejandro- sufrió un grave accidente durante la clase de educación física.
Por motivos que se indagan, el colegio no tomó la determinación de llevarlo a un centro asistencial para ser evaluado y sólo notificó a su madre a las 17.50 horas, que su hijo había sufrido un accidente durante las horas de clases, pero sin entregar mayores detalles.
La mamá del menor, Edith, cuenta que con esta información decidió acudir hasta el colegio para retirar a su hijo para luego volver a su casa.
En su hogar, Alejandro comenzó a evidenciar dolores en su cabeza, que fueron acompañados por vómitos. Esta situación obligó a su mamá a dirigirse rápidamente al Hospital Regional y luego -para tener mayor celeridad en el tratamiento- llevó a su hijo hasta el Hospital Clínico Fusat, para constatar la gravedad del accidente.
Los exámenes fueron tajantes: el menor presenta fractura de cráneo, hemorragia interna y compromiso del oído izquierdo.
Con estos antecedentes y exámenes en mano es que su madre, durante la tarde del viernes, concurrió a denunciar este hecho hasta las oficinas de la Superintendencia de Educación.
Es raíz de este relato, el organismo fiscalizador solicitó la mañana de ayer, mediante un oficio, la respuesta del colegio Moisés Musa donde, entre otros puntos, se pide aclarar por qué no se derivó al menor hasta un centro asistencial.
“El colegio debe iniciar una investigación donde debemos verificar el protocolo de actuación en este caso en particular. Ya tenemos el informe de la madre, necesitamos el informe por parte del colegio sobre los hechos acontecidos, las propuestas y las medidas adoptadas frente al hecho particular”, afirma el superintendente de Educación, Juan Ramón Godoy.
Por normativa, el establecimiento tiene como plazo tres días -que se cumple la mañana de este jueves- para entregar la información solicitada y que tiene relación con aclarar cómo se actuó tras el accidente del menor. De esta forma, deberán adjuntar un informe con los hechos acontecidos y las medidas adoptadas tras la caída del pequeño Alejandro. Con los datos, la superintendencia de Educación deberá decidir si corresponde sancionar en este caso.
Negligencias y sanciones
“El protocolo establece que frente a un accidente el niño o niña debe ser derivado a una unidad asistencial, donde se haga correr un seguro escolar y, a partir de eso, esté cubierta la atención médica que él tenga. Puede ser en el Hospital Regional y si no hay cupo en la UCI, de camas o los medios para realizar los exámenes, este mismo hospital tiene la facultad para derivar a otro recinto asistencial aplicando el seguro escolar”, sostiene el superintendente de Educación, Juan Ramón Godoy, sobre cómo se debe actuar cuando surgen accidentes escolares.
La autoridad añade que “efectivamente acá hay un problema mayor que tiene que ver con que no está –digamos-dentro del seguro escolar, porque su madre lo saca del establecimiento o le dicen que se lo lleve a la casa y el colegio no lo envía en este caso al Hospital Regional que está facultado para ser una derivación a otro establecimiento de salud».
De llegarse a comprobar una supuesta negligencia en el colegio Moisés Mussa, éste arriesga ser sancionado con el pago de hasta 500 UTM.
Al accidente se suma otra situación que reveló la propia madre del menor accidentado al superintendente de Educación. Ella señala que Alejandro presenta un problema en su mano que le impediría realizar educación física, clase donde habría ocurrido el accidente.
“Debería haber una programación para que el menor hubiese estado realizando otras actividades curriculares», resalta Juan Ramón Godoy.