Los pequeños son quienes disfrutan de esta fecha, sin imaginar la procedencia de la celebración.
Miles de niños saldrán mañana a las calles gritando ¿dulce o travesura?, en la celebración de la noche de Halloween. Tradición que llegó a Chile hace ya varios años y se ha instalado como una fecha más entre las festividades nacionales.
Según cuenta la historia, la palabra Halloween procedería a “All Hallows’ Eve”, que significa víspera de todos los Santos. Pero también es conocido como noche de brujas o de difuntos.
La fiesta sería de origen celta, que se celebra internacionalmente en la noche del 31 de octubre y se da especialmente en países anglosajones como Canadá, Estados Unidos, Irlanda o Reino Unido, y en menor medida en Latinoamérica, como Argentina, Chile, Colombia, México y Perú.
Sus raíces están vinculadas con la conmemoración celta del Samhain y la festividad cristiana del Día de Todos los Santos, celebrada por los católicos el 1 de noviembre. Se trata en gran parte de un festejo secular, aunque algunos consideran que posee un trasfondo religioso.
Una de las características de esta fiesta es el color, acotando a los tonos naranja, negro y morado, los cuales estarían ligados a símbolos como la jack-o’-lantern, (linterna de Jack en inglés) y a la calabaza tallada a mano, que está asociada a la festividad.
Las actividades típicas de Halloween son el famoso truco o trato y las fiestas de disfraces, además de las hogueras, la visita de casas encantadas, las bromas, la lectura de historias de miedo y ver películas de terror.
En la actualidad, Halloween es una de las fechas más importantes del calendario festivo estadounidense y canadiense, situación que pese a que no causa tanto revuelo en Chile, si toma importancia para el sector comercial durante los días previos.
El hecho de que esta fiesta haya llegado hasta nuestros días es, en cierta medida, gracias al enorme despliegue comercial y la publicidad engendrada en el cine estadounidense.
La imagen de niños correteando por las oscuras calles disfrazados de duendes, fantasmas y demonios, pidiendo dulces y golosinas a los habitantes de un oscuro y tranquilo barrio, ha quedado grabada en la mente de muchas personas.
Las niñas también pueden encontrar disfraces con motivos de dibujos animados.
Tanto es el revuelo de esta fecha, que en un recorrido por diversos locales de venta de cotillón en Rancagua, la presencia de niños fue notoria, quienes buscaban entre los disfraces y máscaras, una que los identificara para participar en la noche de brujas.
Por ejemplo, en el local «De Cristian», ubicado en la esquina de las calles Brasil con Rubio, las novedades son las antenas con distintos diseños y cotillones con motivos de conocidos dibujos animados.
Según la administradora del local, Jandry Núñez, “las pelucas que llegaron este año son de las muñecas Monster High. También hay disfraces, esqueletos y calaveras, aunque lo que ha aumentado más son los cotillones y guirnaldas, ya que ahora la gente viene a comprar más para adornar su casa, como para recibir a los nietos y esperarlos y recibirlos con adornos de la fiesta de Halloween”.
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