Aquel que dice que nunca miente está explicitando la más grande de las mentiras. Lo cierto es que faltar a la verdad es parte de la condición humana, incluso en el ámbito de la pareja, a las que por cercanía y convivencia son a quienes más se les ocultan cosas o se les dicen a medias.
Si bien, por estructura, hay cerebros con más capacidades que otros, mentir es un aprendizaje que se inicia a muy temprana edad.
Las mentiras tienen relación directa con la autoestima, esto según los estudiosos del comportamiento humano. En general la mentira aparece cuando el ego se ve amenazado o cuando, a toda costa, queremos sacar provecho de una situación. En este contexto, no es difícil entender que la mentira es un mecanismo de defensa, un arma más para la supervivencia.
De acuerdo con el Dr. Phil McGraw, reconocido terapeuta norteamericano, cuando llegan a los 60 años de edad, los hombres han dicho más de 100.000 mentiras y las mujeres han mentido unas 50.000 veces.
En AskMen.com se dice que los hombres mienten para mantener una relación sana. En cambio, las mujeres le mienten a sus parejas por distintas razones, pero primordialmente para proteger sus sentimientos o a sí mismas.
Las mentiras más comunes que ellas dicen son “estoy bien, no tengo nada”, “¡esto no es nuevo!, lo hemos tenido siempre”, “lo compramos en oferta” y “tengo dolor de cabeza”.
En el caso de los hombres se repite “estoy bien, no tengo nada”, agregando “este es el último trago que me tomo”, “eso no te hace lucir gorda” y “voy en camino”.