En el contexto de la 77° conmemoración del Día Internacional de los Derechos Humanos celebrado ayer, David Bahamondes, jefe de la oficina del Instituto de Derechos Humanos la Región de O’Higgins, explicó la relevancia de la fecha y los desafíos que enfrenta la sociedad en esta materia. “En París, en 1948, la Asamblea de Naciones Unidas aprobó la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Chile tuvo una destacada participación, algo que no mucha gente sabe”, señaló.
Como definición general, los derechos humanos son garantías básicas que resguardan la dignidad, la libertad y la igualdad de todas las personas, sin distinción, e incluyen tanto libertades civiles y políticas como derechos sociales, económicos, culturales y ambientales, constituyendo un marco común que obliga a los Estados a protegerlos y promoverlos.
Esa mirada integral fue precisamente la que llevó a Chile a tener un papel relevante en la redacción del documento. Bahamondes recordó el rol del embajador Hernán Santa Cruz en la redacción del documento fundante, destacando su insistencia en incluir derechos económicos, sociales y culturales. “Nuestro representante fue un visionario que insistió en que había una interdependencia de los derechos, y que si usted no tenía acceso a mínimos en educación, salud y alimentación, el ejercicio de otras libertades venía siendo ilusorio”, explicó.
A su juicio, esa visión sigue vigente en una región donde las brechas sociales afectan el acceso a derechos básicos. El jefe regional reconoció que existe una percepción distorsionada sobre los derechos humanos en parte de la ciudadanía. “La gente cree que los derechos humanos son aquellas herramientas legales que permiten a los delincuentes no ser sancionados”, dijo, y reconoció que el instituto debe esforzarse más en mostrar que se trata de garantías que pertenecen a todos.
En ese sentido, mencionó que problemas como la salud, la educación y el medio ambiente son ámbitos donde los derechos humanos se juegan cotidianamente. Bahamondes ejemplificó con casos de comunidades afectadas por contaminación industrial, donde la salud física y mental de las personas se ve comprometida.
También se refirió a la situación laboral, recordando accidentes como el ocurrido el 31 de julio en la División El Teniente y la necesidad de protocolos más claros para abordar vulneraciones. “Nosotros estamos comprometidos en mejorar nuestro propio protocolo de actuación, porque a veces nos cuesta salir con prontitud y claridad respecto a ciertos temas”, afirmó.
El fenómeno de la trata de personas y la explotación laboral de migrantes también fue abordado. Bahamondes explicó que el instituto actúa como querellante en causas y que muchas víctimas no se perciben como tales debido a sus condiciones de origen. “La propia persona dice: ‘Si me mandan de vuelta a mi país, no puede estar peor’. Ahí es cuando tienen que entrar mecanismos de protección”, sostuvo.
Al evaluar la situación nacional, Bahamondes fue categórico: “En Chile falta mucho y lo hemos notado. Uno de los temas que probablemente nos vamos a enfocar es el acceso al agua”. Concluyó con un mensaje claro: los derechos humanos son actuales y colectivos, y su respeto es condición para una sociedad más justa.







