El invierno se ha instalado con fuerza, y con él, una serie de desafíos para quienes transitan por calles y carreteras. Lluvias intensas, niebla persistente y el frío que transforma el asfalto en una trampa resbaladiza no son solo postales de la estación; son alertas rojas para la seguridad vial.
Las cifras de la Comisión Nacional de Seguridad de Tránsito (CONASET) para 2024 son un crudo recordatorio: 75.653 siniestros y, lo más doloroso, 1.439 vidas perdidas. Números que llaman a la urgencia de redoblar precauciones, especialmente ahora. “Cuando llueve, la visibilidad se desploma y el pavimento se convierte en un espejo traicionero. En ese escenario, la adaptabilidad y la conciencia del conductor son, literalmente, la diferencia entre un viaje seguro y una tragedia evitable», advierte Rodrigo Serrano, vicepresidente corporativo de Innovación y Desarrollo de Wisetrack Corp. «No importa si conduces un camión, un bus o tu auto familiar; la responsabilidad es tuya, es la misma y el peligro es real».
La evidencia demuestra, día a día, que la gran mayoría de los accidentes son evitables. «La clave reside en la responsabilidad y el conocimiento de la vía y del vehículo que se opera», agrega Serrano. «Cada máquina, por su peso, dimensiones, y hasta sus horas de funcionamiento, exige medidas de seguridad específicas para sortear los riesgos. No hay recetas únicas, sino una adaptación inteligente a cada circunstancia y, hoy más que nunca, la tecnología nos ofrece herramientas para anticiparnos y reaccionar mejor.»
Recomendaciones para una conducción segura en invierno:
Para tu vehículo particular:
· Menos velocidad, más vida: Reducir la velocidad y duplica la distancia con otros autos, especialmente si el pavimento está mojado o con hielo. ¡No te confíes!
· Celular guardado, reflejos activados: Usar el móvil al volante es jugar a la ruleta rusa. Una frenada inesperada no avisa.
· Cinturón siempre, sin excusas: Es el primer y más importante seguro de vida, en cada trayecto, por corto que sea.
· Alerta somnolencia: Evitar cualquier medicación, droga o alcohol que pueda causarte sueño o disminuir la atención. Conducir cansado es tan peligroso como conducir ebrio.
· Ver y ser visto es la clave: Luces encendidas siempre y al detenerse, las luces intermitentes de emergencia son obligatorias. Asegurarse de ser visible y de ver claramente.
Para el transporte de pasajeros:
· Prevenir para un viaje tranquilo: Revisar frenos, neumáticos, limpiaparabrisas y luces ANTES de cada recorrido. Un fallo técnico puede ser fatal.
· Descanso sagrado, conducción segura: Descansar al menos 8 horas y evitar conducir más de 5 horas continuas debe ser innegociable.
· Ruta inteligente, peligro evitado: Planificar el viaje considerando posibles charcos, desvíos por accidentes o zonas de baja visibilidad. Anticipar.
· Distancia de frenado: Mantener siempre un espacio generoso para reaccionar. Con pasajeros, la responsabilidad es mayor.
Para el Transporte de Carga:
· Maniobras suaves: Evitar volantazos bruscos o adelantamientos arriesgados, más aún con pavimento resbaladizo. La inercia es el enemigo.
· Sin prisas: Salir con tiempo. Cumplir horarios no justifica exceder la velocidad ni tomar riesgos innecesarios.
· Fatiga y niebla: No subestimar cómo el cansancio y la baja visibilidad merman las capacidades. Detenerse si es necesario.
· Cinturón y luces: Siempre abrochado y con las luces encendidas. Son básicos de supervivencia.
Para Peatones y Ciclistas: ¡Hazte Notar!
· Brillar en la oscuridad: Usar ropa reflectante, linternas o luces estroboscópicas. En condiciones de poca luz o mal tiempo, se puede ser casi invisible.
· Cruces seguros, decisiones inteligentes: Evitar cruzar en lugares con poca visibilidad o sin señalización. Un segundo de imprudencia puede costar la vida.
“La prevención, antes de conducir y la adaptación correcta, a las condiciones del camino, son la mejor herramienta que tenemos contra la fatalidad en las vías”, indica Serrano. «Un parpadeo, una decisión apresurada o irresponsable, puede desencadenar consecuencias irreparables. No podemos controlar el clima, pero sí cómo reaccionamos ante él.»
Este invierno, el llamado es a la conciencia activa y a la responsabilidad compartida. Que el frío temple el ánimo, pero no la prudencia. Adoptar estas medidas, y recordar que la tecnología moderna nos ofrece asistentes cada vez más sofisticados para la conducción segura, puede marcar la diferencia entre un titular trágico y un regreso seguro a casa. “Creemos firmemente que un futuro con menos siniestros es posible si todos asumimos este compromiso vital. Tu vida, y la de los demás, bien vale ese esfuerzo”, concluye el experto.