Por Joaquín Acevedo
El calor llegó para quedarse. Desde hace años las temperaturas presentes en estas fechas son históricas y de hecho, las próximas semanas se pronostican temperaturas que superarán los 34° grados en nuestra región de O’Higgins, un nivel de calor que puede afectar tanto nuestra rutina diaria como nuestra salud. En este escenario, es fundamental tomar medidas para protegernos del impacto del calor extremo y evitar golpes de calor, deshidratación o complicaciones más graves. Pero no todo tiene que ser preocupaciones: con estos consejos, puedes sobrevivir (y hasta disfrutar) de los días más calurosos del verano.
1. Hidrátate como si fueras un cactus en el desierto
Agua, agua y más agua. Este no es el momento de experimentar con bebidas raras ni jugos mágicos; el H2O es tu mejor aliado. ¿Un tip? Lleva una botella contigo a todos lados y haz de ella tu mejor amiga.
2. Sé más fresco que una lechuga
Vístete como si estuvieras en la playa, incluso si estás en la ciudad. Prendas ligeras, colores claros y telas que dejen respirar tu piel. Y si puedes, un sombrero o gorra para sentirte como una estrella de cine en pleno verano.
3. Huye del sol como si fuera un ex tóxico
El sol no es tu amigo entre las 11:00 y las 18:00. Si tienes que salir, cúbrete bien, ponte protector solar (factor 50, nada de medias tintas) y busca la sombra como si tu vida dependiera de ello.
4. Convierte tu casa en un oasis tropical
Cierra cortinas, usa ventiladores y si tienes aire acondicionado, úsalo sabiamente. ¿No tienes? Congela botellas de agua y ponlas frente al ventilador. Aprovecha cada oportunidad para refrescar los lugares en los que estás.
5. Aprende a reconocer el “modo calor extremo”
Si empiezas a sentirte mareado, con náuseas o te sientes como un celular a punto de explotar, para todo. Busca un lugar fresco, bebe agua y, si es necesario, consulta a un médico con la mayor rapidez posible.
6. Come fresco y ligero (adiós a la lasaña del domingo)
Frutas, ensaladas y refrescos. Piensa en comidas que no te hagan sudar demás. Deja los guisos pesados y cazuelas para el invierno, diversifica tu menú como un chef y comienza a ingerir alimentos más livianos.