El delito del robo de cables sigue afectando a las instalaciones y clientes de CGE, compañía distribuidora que presta servicio a cerca de 400 mil clientes en la región de O’Higgins
Según datos de la empresa, en los primeros nueve meses del año la cantidad de robos en la región disminuyó respecto del 2023, sin embargo, el delito no ha desaparecido. Entre enero y septiembre de este año se contabilizan 63 eventos de robo, tanto en redes de media y baja tensión, como en instalaciones de transmisión de energía, lo que totaliza 8.741 metros (8,7 kms.) de cable de cobre sustraído.
Esto equivale a más de 3 toneladas de cobre, lo que también provocó que más de 6 mil clientes de la Compañía vieran interrumpido su suministro producto de la acción de los delincuentes. Entre las comunas más afectadas están Rancagua, San Fernando y Chimbarongo.
Francisco Jaramillo, subdirector de operaciones de CGE, señaló que la acción de estas bandas, que cuentan con material y personal técnico especializado, es una clara señal de su asociación al crimen organizado.
“El robo de cables se ha consolidado como uno de los principales problemas en la calidad y continuidad del suministro y hoy, con nuestra experiencia, podemos decir que está fuertemente asociado al crimen organizado. Estas son bandas delictuales que cuentan con modus operandi desarrollados y que se van moviendo entre las regiones, buscando donde pueden cometer estos delitos y causar el mayor daño. Asimismo, cuentan con una organización que también les permite ocultar, vender, importar y realizar transacciones con el cable robado, lo que financia otros delitos. Es por esto, que no como sociedad, no nos podemos quedar tranquilos y espectantes”, dijo Jaramillo.
A nivel nacional la cantidad de delitos se disparó, registrando a la fecha un total de 451 episodios de robo de cables en las instalaciones de la Compañía, totalizando 153.595 metros de cable de cobre (153,5 km) robado y más de 165 mil clientes afectados.