La condonación del CAE fue perdiendo dinamismo en el bloque oficialista, perdiendo con el paso del tiempo sustento técnico y económico en su implementación. La promesa de campaña fue sumamente clara, condonar la deuda de todos los deudores del CAE. Hoy el gobierno del presidente Boric ha anunciado un cambio en su gran promesa electoral que pone foco en tres aspectos fundamentales: 1. Condonar la deuda en base al mérito y la justicia, 2. Reorganización de la deuda, 3. Y la eliminación del CAE.
En el primer punto el deudor debe pagar su deuda, que se definirá por su egreso o no de la carrera, si tiene o no deuda al día, o la cantidad de cuotas al día. En el segundo punto, la reorganización tendrá dos alternativas. Pagar el 75% de su saldo o reprogramar con cuotas proporcionales a sus ingresos. En todas se mantiene el pago de la deuda del CAE. ¿Dónde está lo que se prometió? Hoy existe un claro signo de debilitamiento de la propuesta de campaña, empobreciendo la promesa de condonar universalmente el cae a un sistema que pacta la deuda o la reorganiza.
Claramente la condonación del CAE fue la pieza perfecta de un juego político que ya no existe y que sólo fue tomado por un grupo de menor trascendencia y con intereses electorales. El gobierno se enfrenta a la realidad, a una economía estancada, a la falta de trabajo y a un costo de vida mucho mayor. Esta realidad claramente no fue estudiada ni proyectada hace tres años atrás.
Las promesas de campaña del año 2021 incidieron negativamente en la morosidad de los deudores, ya que en los dos últimos años aumentaron cerca de un 12%. En la región de O’Higgins 25.000 estudiantes tienen este beneficio, de los cuales un 45% está en condición de morosidad.
Durante el primer gobierno del Presidente Piñera (año 2012) se presenta un proyecto de ley que busca eliminar el CAE y que se reimpulsó durante su segundo gobierno el año 2018. Esta iniciativa buscaba eliminar el CAE y el fondo solidario y crear un mecanismo que combinaba las becas con un crédito que sería manejado por el Estado. Todo lo anterior sin la participación de los bancos. En concreto, el Estado asumiría el costo del nuevo crédito, el proyecto planteaba que el pago del crédito estuviera equilibrado con la renta de cada persona, variando la cuota de un 5% un 10% de los ingresos de cada deudor. En el año 2018 la izquierda ni siquiera aceptó votar el proyecto de ley. Hoy son ellos los que miran con preocupación modificar el sistema de financiamiento a la educación superior (¿porqué no aprobaron este proyecto en el gobierno anterior?). Un proyecto actual con un lindo discurso, pero con grandes vacíos en su estructura técnica. Queda claro la falta de rigurosidad y responsabilidad en este proyecto de ley, que pasará a la cámara de diputados esta semana. Sin un respaldo político transversal, este proyecto pasará como una sombra más de esta administración.