Una operación de vesícula, considerada de rutina, ha desencadenado un drama que tiene a Macarena, una madre de tres hijos de 37 años de San Fernando, en riesgo vital. Su esposo, Álvaro Santos, relata con angustia cómo desde abril de este año han pasado por una odisea de hospitalizaciones y complicaciones médicas, que hasta la fecha no han tenido los resultados esperados.
“Macarena ya no quiere vivir, está pidiendo morir mejor. Ya no quiere nada más allá de eso”, expresó Álvaro, visiblemente afectado por la situación. Su esposa, tras la cirugía, sufrió una obstrucción en la aorta, que no fue detectada a tiempo por los médicos. Después de múltiples internaciones, su estado se ha deteriorado hasta el punto en que pesa solo 37 kilos y ha requerido tratamiento en la clínica Isamérica para evitar una diálisis inminente debido al fallo renal.
La familia se ha visto obligada a realizar rifas y un bingo para costear los tratamientos y traslados, ante la imposibilidad de Álvaro de seguir trabajando debido a las constantes hospitalizaciones de su esposa. “Ya no hay recursos, no sabemos de dónde sacar para estarla trasladando de Rancagua a San Fernando, Santiago… Estamos haciendo rifas y bingo para poder estar con ella”, detalló Álvaro.
María José Díaz, asistente social y candidata a alcaldesa de San Fernando, ha acompañado a la familia en este proceso y ha denunciado la falta de gestión y empatía por parte de las autoridades de salud. «Lo que más me duele es la falta de gestión y empatía de las autoridades locales. Este es un caso extremo y las instituciones siguen tratando a los pacientes como un número más”, señaló Díaz, quien también ha intentado, sin éxito, contactar a las autoridades del Servicio de Salud O’Higgins.
A pesar de los intentos por coordinar la atención especializada que Macarena requiere, los resultados han sido desalentadores. La familia enfrenta la posibilidad de que Macarena no sobreviva si no recibe una intervención quirúrgica antes del 5 de noviembre, fecha en la que está programada para ser evaluada por una cirujana cardiovascular. “Sabemos que no va a alcanzar a llegar a esa hora. Estamos entre la vida y la muerte”, advirtió Díaz.
La situación refleja una desconexión entre los distintos niveles del sistema de salud regional, agravada por la falta de coordinación entre los hospitales de San Fernando y Rancagua. “Si las autoridades no intervienen ahora, Macarena se nos va a ir”, advirtió Díaz, haciendo un llamado urgente al Servicio de Salud O’Higgins para que tomen cartas en el asunto y den prioridad a este caso.
En concreto “necesitamos que Macarena sea trasladada desde la Clínica Isamédica al Hospital Regional de Rancagua y que sea intervenida lo antes posible, si la mandan a San Fernando no va a resistir” sentenció Díaz.
En medio de esta angustia, la familia de Macarena ha organizado un bingo para el próximo 5 de octubre, con el fin de reunir fondos para cubrir los gastos asociados a su tratamiento. “Estamos haciendo un bingo para costear insumos médicos, los pasajes… No debería ser así, pero ya no sabemos qué más hacer”, concluyó Álvaro, quien insiste en que su lucha es también por otras familias que se encuentran en situaciones similares.
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