El 12 de agosto conmemoramos el Día Internacional de la Juventud, una iniciativa promovida por la ONU que busca dar voz y protagonismo a los jóvenes en todos los sectores de la sociedad, con el objetivo de enfrentar los desafíos que les afectan a diario. Esta jornada subraya la importancia de involucrar a la juventud en la construcción de un futuro más equitativo y sostenible.
Con 1.800 millones de jóvenes entre 10 y 24 años, vivimos en una era donde la juventud representa la mayor población juvenil de la historia, según datos de la ONU. Este grupo, aunque vulnerable, posee un inmenso potencial para generar cambios significativos. Sin embargo, muchos jóvenes enfrentan situaciones complejas, desde vivir en zonas de conflicto hasta dificultades para acceder a empleos o viviendas dignas.
Además, la participación política y social de los jóvenes sigue siendo limitada, lo que obstaculiza su capacidad para influir en la creación de una sociedad más justa. En este contexto, la ONU estableció en diciembre de 1999 el 12 de agosto como el Día Internacional de la Juventud, una fecha que había sido recomendada en la Conferencia Mundial de Ministros de la Juventud celebrada en Lisboa en 1998.
Este año, el Día Internacional de la Juventud se centra en el tema «De los clics al progreso: vías digitales para el desarrollo sostenible». Este lema destaca cómo la digitalización es esencial para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), con la juventud liderando el uso de tecnologías emergentes como la inteligencia artificial para resolver los problemas globales más urgentes. Aunque la brecha digital persiste, los jóvenes, como «nativos digitales», están en la vanguardia de esta revolución tecnológica, configurando las tendencias digitales a nivel mundial.