Parto mis palabras manifestando que lo que hago a través de estas páginas semanales es opinar, por lo que en esencia y como declaración de principios, no estoy, ni jamás estaré en contra de las opiniones, vengan de quien vengan.
Ahora bien, hay quienes opinan asumiendo que son poseedores de la verdad y de hecho podrían serlo, al estar suficientemente informados como para ser dueños de ella.
Hay otros que en conocimiento que no poseen la verdad, emiten opiniones estructurando verdaderas hipótesis, haciendo presente que lo que manifiestan se basa en presunciones y suposiciones, aspecto que tampoco tiene nada de malo, en la medida que se deje constancia de ello.
Hay otros que conociendo la verdad no opinan, por que asumen que de hacerlo, el difundirla podrían causar más daño a las personas, que el hecho de desconocerla.
En otro grupo están aquellos que no conocen la verdad y que por diversos motivos, como protagonismo o venganza, inventan hechos aseverando que son verdad, a través de lo que escriben o hablan.
En el primero de los casos el beneficio de la duda me permite decidir si creo o no lo que me dicen y en el segundo acepto las opiniones sin comprármelas
El caso siguiente me produce un profundo respeto, ya que siendo los seres humanos dueños de nuestros pensamientos, pero esclavos de nuestras palabras, admiro a quienes son capaces de ponderar sus opiniones.
El último caso me agota profundamente y por motivos específicos.
Me agota ver como un minuto de gloria en medios de comunicación social, impulsa a los que opinan, a crear escenarios que nunca existieron.
Me agota ver como la envidia, funesta en todos sus aspectos, lleva a muchos a dar por cierto algo totalmente falso.
Me agota la mentira como medio de venganza.
Me agotan las falsedades como herramienta para recuperarse, o al menos eso creen, de las frustraciones vividas.
Me agotan los aires doctos de quien pretende disfrazar sus propias limitaciones, mediante opiniones supuestamente transgresoras.
Me agota que se utilicen las redes sociales como campo de batalla para hacer triunfar opiniones que no tienen respaldo alguno.
Me agota el comentario que busca descalificar a quien opina diferente, especialmente cuando el descalificado no tiene derecho a respuesta.
Si usted estimado lector, encuentra que estas líneas en algo se parecen a otras que haya escrito antes, es por que simplemente estoy agotado desde hace mucho tiempo.