Traducido del latín al castellano las palabras que encabezan estas líneas, significan simplemente “Ser Hombre”.
Algo que en apariencia en los tiempos actuales es sencillo, por cuanto se piensa que las cualidades que identifican al ser humano son generalmente fáciles de lograr.
Ahora bien, por el contrario, alcanzar en la antigüedad esa condición no era nada fácil, por cuanto debían poseerse ciertas virtudes personales, las que, como veremos, no siempre se logran desarrollar.
Una de ellas exigía poseer una autoridad espiritual o moral, como usted prefiera, obtenida a través de la experiencia, mientras que otra implicaba tener decisión para actuar o no hacerlo, una vez que se reflexionaba.
Se sumaban a las anteriores la cortesía y la merced, entendida esta última como gentileza o suavidad.
La dignidad, la tenacidad, la templanza, la humanidad, el trabajo duro, la prudencia, la salud y la verdad complementaban lo anterior.
Además, había otras dos que son llamativas por decir lo menos, la primera la sumisión, pero no a la autoridad, sino que esencialmente a la Patria.
La otra era la severidad, pero en ningún caso hacia los demás, sino que simple y sencillamente, en el contexto de autoexigirse a sí mismo, o si se quiere asumir y entender de otra forma, implicaba poseer autocontrol.
En aquellos tiempos, me refiero a los romanos, dichas cualidades muy probablemente fueron la motivación principal, para que lograran dominar casi la totalidad del mundo conocido.
Hoy en día las cualidades expresadas previamente no necesariamente han perdido valor, pese a que tienen que enfrentarse para mantener su vigencia, a una enorme cantidad de antivalores, o a la inversión de ellos, los que le entregan a la sociedad un modelo difuso y peligroso.
Reflexionado sobre el particular, creo firmemente que debe volverse a los orígenes de nuestra civilización para entender ciertos temas, que pese al paso de tiempo, cada vez son más y más necesarios, ya que de otra forma perderemos la esencia que nos identifica como humanos y que nos diferencia del resto de los seres vivos.
Para los que me conocen, no puedo dejar de mencionar que la expresión “Esto Vir” es el lema de la Escuela de Suboficiales del Ejército, de donde egresan, como es sabido, hombres y mujeres luego de un proceso formativo de tres años, lo que nos lleva a reflexionar que la expresión “ser hombre”, va mucho más allá que el concepto de género.