¿CUÁL VASO ESCOGE USTED?

Las características de los tiempos que vivimos, son sin duda alguna complejas, ciertos elementos que no mucho tiempo atrás eran asumidos como lógicos y, por tanto, constituían normas aceptables e incluso deseables en la convivencia entre seres humanos, hoy ya no poseen esa condición.

 Sin darnos cuenta, los valores se han ido invirtiendo, como lo señala el Doctor Gerardo Castillo Ceballos de la Universidad de Navarra, quien enumera los siguientes cambios: la autoridad por el permisivismo; la verdad por “mi verdad”; la rebeldía por el conformismo; la sinceridad por el impudor; el amor por el erotismo; la libertad por la independencia; el ahorro por el consumismo y el patriotismo por el chovinismo.

         Si quisiéramos explicar el fenómeno mencionado, haciendo uso para ello de los modismos que tenemos en nuestro país, deberíamos decir: “el  diablo vendiendo cruces” y “el ladrón detrás del juez”, expresiones que estoy seguro usted ha escuchado.

         Ahora bien, dicha inversión es evidente y afecta a parte de la población en forma directa y al resto en forma tangencial.

         Lo anterior, por cuanto hay dos formas de acercarse al tema, la primera de ellas, asumiendo que no hay ninguna posibilidad de revertir el fenómeno y, por tanto, más temprano que tarde nos veremos afectados, y la segunda, iluminada por la esperanza de que aún podemos hacer algo para evitar sus efectos.

         En el primer caso, muy probablemente se niegue inicialmente su existencia, para gradualmente avanzar hacia la aceptación del fenómeno y finalmente hacerse parte de él.

         En el segundo caso, si bien se asume la existencia de dichas inversiones valóricas, se busca contrarrestarlas de alguna forma, en especial dentro del círculo íntimo o de amistades.

Lo anterior, implica estar consciente del problema, saber sus alcances y explicitar, a modo de estrategia, cuál será nuestra posición y cómo la defenderemos.

En todos los tiempos se han producido fenómenos similares, provocando el mismo dilema en la sociedad, asumir el cambio siendo parte del fenómeno, o buscar potenciar esos valores que tienen tendencia a ser invertidos.

Aunque sea difícil de aceptar, hay posibilidades reales de evitar ese cambio, en la medida que asumamos que debemos esforzarnos por mantener los valores con los cuales crecimos, transmitiéndolos a nuestro entorno, partiendo por la familia, la que fin y al cabo, es la base de la sociedad.

Termino tal como empecé estas líneas, ¿cuál vaso escoge usted?, el medio vacío, o el medio lleno.