El soldado desconocido

Durante la semana pasada, uno de los acontecimientos que marcó la atención de la ciudadanía, fue el traslado de los restos del Soldado Desconocido desde la Plaza Baquedano al Cementerio General, en la ciudad de Santiago.

Producto de lo anterior, han aparecido en los medios de comunicación social los más variados comentarios, los que he seguido con particular atención, dada la evidente importancia que se desprenden de ellos.

De igual forma, hemos podido conocer algunos aspectos interesantes sobre su historia, la que nace al ser recogidos sus restos en 1900 desde el Campo de la Alianza, donde se llevó a cabo la Batalla de Tacna el 26 de mayo de 1880, durante la Guerra del Pacífico.

Diversos académicos e historiadores han podido establecer, que corresponden a un joven de entre 15 a 17 años, perteneciente a una unidad del Ejército, específicamente al Batallón Cívico de Artillería Naval reclutado en Valparaíso, principalmente entre los trabajadores del puerto. La historia nos señala también que en la Batalla de Tacna murieron 29 soldados del mencionado Batallón, lo que circunscribe su identificación solo a ese número.

Pero, por otra parte estimado lector, hay detrás de lo anterior diversos aspectos de sumo interés, ya que podríamos decir que los restos del soldado que fueron trasladados, no son los de un desconocido, por cuanto representan a todos los chilenos que siendo parte de la sociedad, integraron las filas del Ejército para defender los sagrados y superiores intereses de la Patria.

Bajo dicha perspectiva, esos restos tienen simbólicamente el nombre de todos los chilenos que murieron en la gesta bélica y que la historia no recogió, ni identificó, pero sin los cuales no se hubiera obtenido la victoria.

Aún más, dichos restos también podrían se identificables con las actuales generaciones, ya que lo que somos como país, en parte importante se lo debemos a ellos.

La historia podrá ser interpretada de diversas formas por parte de quienes la estudien, pero jamás podrá desaparecer, los hechos, inmutables en términos de que realmente ocurrieron, continuaran omnipresentes, implicando con ello que somos sus herederos y los responsables de proyectarlos como experiencia y ejemplo, a las futuras generaciones.

Entonces, el Soldado Desconocido sí es identificable, ya que tiene el nombre de todos y cada uno de los chilenos que a lo largo de la historia, en paz y en guerra, se han esforzado y continúan haciéndolo, en la búsqueda del bienestar de Chile.