¿Se acuerdan que el año 1999, en la campaña presidencial, todos los candidatos hablaban de poner fin a la delincuencia y terminar con la puerta giratoria? A los más jóvenes, se los cuento: es uno de mis primeros recuerdos políticos. Lo repetían sin cesar.
Han pasado 22 años y muchas cosas han cambiado, pero el discurso y la promesa sigue siendo la misma: poner fin a la delincuencia.
En lo poco que va del año, ya van casi 20 homicidios en la región. En Rancagua, pero también en Graneros y Requínoa. ¡Y aunque fuera uno! No podemos permitir que las autoridades se sigan echando la culpa unos a otros: Las policias a los fiscales, fiscales a jueces, jueces a policías, gobierno al Congreso, Congreso al gobierno y el gobierno al gobierno anterior. ¿Y los ciudadanos?: bien (mal) gracias!
Soy una convencida de que el proceso Constituyente es una gran oportunidad para establecer de una vez roles y responsabilidades concretas en materia de control del orden público, narcotráfico y delincuencia. Responsabilidades y sanciones para quienes no cumplen con sus responsabilidades. Reformas profundas a los organismos que cumplen y apoyo irrestricto para que cada institución haga lo que le mandatan la Constitución y las leyes.
¡Cuánto me gustaría poder asegurar a los habitantes de O’higgins el derecho a vivir sin miedo! Prometerlo sería mentir. Si alguien les dice que se pueden consagrar estados de ánimo en la Constitución, les está mintiendo. Pero sí se puede generar un marco normativo que nos mueva a terminar con la delincuencia.
No es justo que las familias tengan miedo de salir a la calle o pasar por ciertos lugares. No es aceptable que las mamás no duerman tranquilas cuandos sus hijos salen. Es inaceptable que un emprendedor tenga permanente temor a que se le robe su recaudación. No podemos permitir que se normalicen situaciones de violencia y saqueos, haciendo alusión a demandas sociales.
Detrás de cada robo, saqueo, asalto, portonazo, hay una persona, una familia y trabajadores que se ven perjudicados. Muchas veces con consecuencias sicologicas dificiles de sobrevellar. La delincuencia, narcotráfico y destrucción nunca es justificable.
Llegó el momento de ponerle el cascabel al gato. Por eso, si soy electa, mi compromiso es poner sobre la mesa el combate a la delincuencia en el proceso Constituyente y junto a nuestra candidata a alcaldesa, Pamela Jadell, buscar alianzas con municipios que han innovado en materia de seguridad ciudadana, para copiar buenas ideas, por y para los vecinos de Rancagua y la región de O’Higgins.