“En los últimos meses Rengo estuvo paralizado, Rengo estuvo inmovilizado completamente”, reclama el alcalde de esta comuna, Carlos Soto, quien entre julio y febrero pasado estuvo suspendido de sus funciones luego que el Tribunal Electoral Regional acogiera una acusación por notable abandono de deberes. Tras apelar al dictamen, el TRICEL revocó la sentencia y lo sancionó con la medida disciplinaria de suspensión de sus funciones por tres meses, con el goce del 50% de su sueldo «y sin poder hacer uso de los derechos y prerrogativas inherentes al cargo”.
Mientras Soto estuvo fuera lo reemplazó el concejal Julio Ibarra, quien fue elegido por sus pares como alcalde suplente de la comuna.
Soto dice que al asumir nuevamente encontró un municipio sin avances en distintas iniciativas. “En los últimos 8 meses no se presentó un solo proyecto, el mismo banco de proyectos que dejé es el mismo que encuentro al llegar, por lo tanto fueron 8 meses perdidos”, lamenta.
El jefe comunal dice que antes de ser suspendido dejó en marcha grandes planes para Rengo, “como la construcción de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de O’Higgins; el embalse El Bollenar, que son proyectos millonarios; la construcción del hospital de alta complejidad, el colector de aguas lluvias. Son 20 proyectos y en 8 meses no se hizo nada. He tenido que llegar ahora a reactivarlos, a pedir por favor déjenme recursos este año para este proyecto, para este otro, para este otro”.
Soto dice que “yo siempre gasto todo el presupuesto y traigo muchos recursos a Rengo. El año pasado se gastó el 83% del presupuesto municipal, o sea, sobró plata”.
Julio Ibarra fue consultado por Diario El Tipógrafo pero no quiso responder a los dichos del alcalde Carlos Soto.