“El caso de Gabriela Marín es un ícono de la impunidad”, afirma Viviana Villalobos, abogada y directora regional de Abofem O’Higgins, la primera Asociación de Abogadas Feministas del país, que cuenta con 13 sedes a lo largo de Chile, en las que se desempeñan más de 600 abogadas.
El caso al que se refiere tiene como protagonista a Gabriela Marín, una joven parvularia, madre de dos hijos, quien el 7 de agosto del 2012 -cuando tenía 23 años- tras salir de un ciber café, alrededor de las 9:30 de la noche, fue abordada por un sujeto, quien -bajo amenaza- la llevó hasta un sector de la línea férrea, en la comuna de San Fernando.
En el lugar, alertados por el primer atacante, aparecieron dos sujetos más, quienes la golpearon, torturaron y violaron salvajemente. Luego de que los sujetos escaparan, Gabriela logró pedir ayudar y denunció lo sucedido en Carabineros.
Pero ahí no terminó la pesadilla, porque tras una serie de errores en la investigación, los tres sujetos que en un primer momento fueron detenidos por la policía, terminaron en libertad.
A raíz de esta situación y el daño ocasionado, esta joven parvularia a los pocos días tomó la decisión de suicidarse.
“A través del análisis retrospectivo de esta causa, nosotras hemos podido evidenciar con claridad dos grandes paradigmas de la mala administración de justicia”, sostiene Villalobos, precisando que “las diligencias de la investigación decretadas fueron tardías y deficientes”, lo que finalmente permitió la libertad de los sujetos.
La abogada recuerda que el fiscal a cargo de la investigación, Néstor Gómez, no se apersonó en el sitio del suceso ni encabezó las diligencias por teléfono. Asimismo, señala que “no se dejó registro por parte de la policía del reconocimiento (de la víctima a los acusados), esto puso en entredicho la credibilidad de la información y produjo la ilegalidad de la detención de los agresores, dejando en libertad a los sujetos”.
“A ello se suma la baja consideración probatoria de la declaración de Gabriela, la cual fue puesta en duda incluso, en las ultimas instancias del juicio”.
Viviana suma a las graves deficiencias de Fiscalía, lo ocurrido con la atención a la víctima en el hospital de San Fernando, donde detalla que no se cumplió el protocolo existente para víctimas de delitos sexuales, además hubo “un error en el diagnostico médico-psiquiátrico de Gabriela. Entonces acá no solo estamos sumando los errores del proceso sino también los errores de los operadores de justicia que es aún más grave”.
Gabriela Marín no pudo soportar que sus violadores estuvieran libres y se suicidó el 6 de septiembre del 2012.
La Asociación de Abogadas Feministas tiene como consigna que casos como el de Gabriela no vuelvan a ocurrir, por lo que a través de distintas comisiones – temáticas, territoriales y operativas- asesoran a mujeres de forma gratuita, también realizan operativos de capacitación a la comunidad en temas como proceso constituyente paritario, violencia intrafamiliar y delitos sexuales.
La directora de la entidad en O’Higgins, evidencia que la impunidad en el caso de Gabriela “nos motivó a articular la organización feminista regional a fin de visibilidad este icónico y aún doloroso caso, este es el objetivo inicial”.
Y afirma que a través de los distintos ejes de trabajo, Abofem busca “empoderar a las mujeres y darle los conocimientos que lamentablemente por cuestiones económicas o sociales no pueden tener”.
Ya que, “en la medida que la víctima tenga un rol activo en el proceso, circunstancias como la de Gabriela no deberían volver a ocurrir”.
Este 19 de diciembre nuevamente las mujeres recordarán a Gabriela en el Día Nacional contra el Femicidio, con una jornada cultural de sensibilización y concientización sobre la violencia hacia la mujer donde se estrenará el proyecto audiovisual «Coro Nacional Feminista de Gabriela Marín», en el parque Koke de Rancagua.