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Columnas de Opinión

El grito de Ámbar

SÁBADO, 8 DE AGOSTO DE 2020

Somos parte de una sociedad reactiva, que responde a la violencia con más violencia.


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 ¡¡¡ELOI, ELOI, ¡¡¡LEMÁ SABACTANI!!!, es decir, ¡¡¡Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?!!  (Mt. 27,47) .
Quiero iniciar esta reflexión con estas palabras de nuestro Señor Jesucristo desde su agonía en la cruz. El rey del cielo y de la tierra, habiendo tomado nuestra pobre  y frágil naturaleza humana sufre en su cuerpo y en su mente los dolores, angustias y abandonos de millones y millones de seres humanos que hoy claman al cielo con esta misma expresión, ¡Dios mío, Dios mío! ¿Por qué me has abandonado?.
        La hipocresía y el doble estándar moral de muchos chilenos nos han llevado a escuchar con mayor clamor este grito de Jesús desde la cruz, en tantos hermanos que han muerto víctimas de la violencia. Abandonados por una sociedad materialista e individualista donde sólo se valora el éxito, el tener y el placer, ahogando así el grito de tantos que claman que los miremos y acompañemos.
        Hemos sido testigos de la horrorosa muerte de Ámbar quien vivía en soledad su propia cruz: la del abandono, la pobreza y la violencia, origen de tantas muertes en nuestro país.
Somos parte de una sociedad reactiva, que responde a la violencia con más violencia agudizando aún más las brechas del desamor que nos separan.
Miles de niños y jóvenes deambulan por nuestras calles en soledad buscando saciar su sed de amor.
En lugar de darles el agua que calma la sed, les inyectamos combustible de violencia y rebeldía en sus venas que los hacen vulnerables a las corrientes ideológicas extremas que explotan su rabia y su dolor como fuego que enciende hogueras en sus mentes y en sus corazones que los lleva luego, a querer destruirlo todo, en represalia por no haber sido satisfechos sus grandes necesidades de amor; una fuente de vida que calma la sed más profunda del alma y del existir del hombre.
        La irracionalidad se ha apoderado de nosotros, de nuestra sociedad, dejan al margen a miles de seres humanos que agonizan en soledad y que buscan calmar su sed en la droga, el alcohol, el sexo, la violencia, el materialismo individualista que no satisface el alma; y así , en cada uno de ellos estamos abandonando al señor en la cruz y callando su doloroso  grito  desde la cruz, que se oye cada vez con más fuerza  ¿Por qué me has abandonado?.
        El mediatismo de la noticia en los medios de comunicación que se deleitan de manera escandalosa lucrando y ocupando el tiempo de miles de chilenos para enardecer aún más la violencia que cada vez produce mayor soledad en miles de chilenos que buscan respuestas ante un sistema corrupto que hace caso omiso de la situación en la que viven miles de seres humanos de esta nación.
        En lo personal, lo que me escandaliza de esta sociedad reactiva es que ha perdido toda habilidad social para ser una comunidad proactiva, que conoce la violencia que existe en muchos casos y se mantienen sorda ciega, muda; haciéndose cómplice, sin hacer nada; luego todos se trasforman en esa masa sin identidad que juzga aún con más violencia un hecho que pudo haber sido evitado por ellos mismos.
El individualismo nos está matando de soledad, abandono y sin sentido. Guetos urbanos, educación pública decadente preocupada más de estadísticas que de formar personas, políticos preocupados de quitar toda la autoridad a los padres para mantener cautivas las mentes de nuestros niños y jóvenes de nuestra sociedad para satisfacer las exigencias de organismos internacionales que buscan someter a sus caprichos a los países más pobres generando verdaderos experimentos sociales que terminan generando mayor vulnerabilidad, violencia pobreza y muerte.
Experimentos que no tienen nada que envidiarle a los organizados pro  Hitler, el peor genocida de la humanidad. Han dejado que las poblaciones se llenen de traficantes de drogas y que miles de jóvenes se pierdan en ese mundo sin esperanza, mientras los invitan con la propaganda a consumir espejismos y vaciedades.
Cárceles llenas de pobres, miles muriendo en un sistema de salud pública saturado y enfermo por falta de recursos.
Demasiados políticos añejos, atornillados en sus cargos peleándose las próximas elecciones como si en gobiernos anteriores lo hubiesen hecho muy bien.
No les interesa lo que le sucede a Jesús en la cruz, cuando lo ven dan vuelta la mirada para ignóralo, se tapan los oídos para no escuchar su clamor por miles que claman por más amor, en una sociedad incapaz de dar lo que no está produciendo, porque está siendo víctima del gnosticismo, el ateísmo y la intolerancia que la vuelve como pozo envenenado todo el que llegue a él buscando calmar su sed sólo encontrara muerte.

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