A los 91 años de edad falleció en Santiago el monseñor Javier Prado Aránguiz, obispo emérito de Rancagua perteneciente a la Congregación de los Sagrados Corazones.
Además de desempeñarse en la capital de la región de O’Higgins, también fue obispo en Iquique y obispo auxiliar en Valparaíso. Su vida pastoral comenzó a muy temprana edad siguiendo así con su vocación religiosa, donde cabe señalar que fue investigado por la justicia mientras ejercía su gestión en la Quinta Región.
Tras largos años aquejado por un cáncer finalmente perdió la vida ayer martes, tras lo cual y de acuerdo a su voluntad, fue sepultado en la cripta de la Iglesia Catedral de Rancagua en horas de la tarde de este miércoles, previa realización de una breve ceremonia con 15 asistentes (dadas las circunstancias de la pandemia) que contó con la presencia del vicario general de la Diócesis, Héctor Pulgar, y un grupo reducido de sus familiares más cercanos.