Mayúscula fue la sorpresa de los funcionarios del liceo José Victorino Lastarria, de Rancagua, luego de que los alumnos que mantenían una toma en el establecimiento depusieran la movilización y pudieran ver con sus propios ojos el grado de vandalización con que dejaron el recinto estudiantil.
“De los colegios en toma, el liceo Óscar Castro fue entregado en excelentes condiciones. Los niños entregaron el colegio ordenado, limpio, sin ningún daño, al igual que el Diego Portales, el Jorge Alessandri, (pero) el José Victorino Lastarria es el único liceo que se devolvió en condiciones que no corresponden. Ellos destrozaron las cámaras de seguridad, las alarmas, forzaron cajones y puertas, lockers, computadores, algunos de ellos con cables cortados”, reveló Patricia del Río, directora de educación de la Cormun.
De acuerdo a la representante del municipio, los propios alumnos informaron que la toma comenzó con aproximadamente 30 estudiantes y que habría finalizado con cerca de 10 de ellos “aunque a veces habían hasta 5 adentro”, precisó.
“Hubo rayados también, pero lo más grave fue lo de las cámaras porque son caras, en oficinas destruyeron puertas, revisaron portafolios, información de los profesores, se metieron en estos documentos”, añadió Patricia del Río.
La autoridad en educación anunció que el liceo hará la denuncia correspondiente en la Fiscalía, agregando que se aplicarán protocolos internos para buscar responsabilidades entre los alumnos que participaron del paro, frente a lo cual eventualmente se castigaría con las sanciones pertinentes a nivel del establecimiento.
“Estamos viendo los costos, pero quiero decir que las personas a cargo de la toma se tienen que responsabilizar por estos daños, tienen que responder e incluso se les puede aplicar la Ley de Aula Segura por daños a la infraestructura”, manifestó la directora de educación de la Cormun.
Frente al nivel de los daños, la directiva del municipio hizo un llamado para que ante la necesidad de cualquier solicitud o petitorio de demandas, prime por sobre todo “la conversación, el escucharse y la mediación entre ambas partes”, para que de este modo no se afecte a un recinto que entrega educación a los propios alumnos y que además trae consigo problemas de inversión, por la necesidad de reponer lo destruido.
“Todo tiene solución a través del diálogo y nunca por medio de la violencia, siempre estamos todos dispuestos a escuchar, a atender sus petitorios y en este caso fue así, todos los establecimientos fueron escuchados y respondimos a cada uno por lo que ellos pidieron, esto de verdad fue hacer daño por hacer daño. No hay conciencia de lo que hicieron y, al contrario, debemos cuidar todo esto”, recalcó al término Patricia del Río.
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