¿Qué es la esperanza?

Sucede que ante una dificultad los seres humanos bien inspirados suelen sentir muy interiormente una fuerza, una energía casi física de conseguir un propósito, de concretar un justo deseo. A esa intrínseca expresión y sentir comúnmente se llama esperanza. Es generalmente el profundo anhelo de modificar, de superar un difícil trance. La esperanza es algo así como la fe – no necesariamente entendida ésta como el habitual concepto religioso. Esperanza y fe suelen manifestarse en el léxico como un binomio conceptual, semántico hermanado.

Los seres humanos manifiestan esperanza y fe en distintos planos : emocionales, materiales, laborales, sociales, políticos y en otras muy diversas áreas del acontecer y del vivir como personas. Ante lo desconocido como el llamado destino individual, familiar y social esa fuerza, esa energía, ese anhelo gravita profundamente.

El plano de lo inmaterial es desconocido. Es lo no visible e intangible, pero sí lo imaginado, y más específicamente lo creído por sectores de la especie humana. Entonces aquí las creencias religiosas y la fe cumplen su rol, y la esperanza en ese plano no tiene cabida o, por lo menos se distancia.

Lo material y lo espiritual o inmanente obedecen a concepciones, a filosofías de larga data, también a la generación de extensos e históricos debates. Todo lo que es asunto del suceder de la naturaleza y del mundo propio del ser humano es y son temas del ser humano, de la Humanidad, de la cultura. Todavía como especie estamos en las aproximaciones. Ignoramos más de lo que sabemos.

Quien mejor nos dice qué es la esperanza es el gran escritor chino Lu Xun. Con certeza puede pensarse que en ese poeta del país asiático, se resume mucho de la gran y milenaria sabiduría china. En rigor, la imagen y el concepto que el escritor nos señala dice : » La esperanza es como un camino en el campo; nunca hubo un camino, pero cuando mucha gente camina por él, el camino se hace realidad «.

Entonces unir fuerzas, unir justos anhelos de muchos hace construir realidad.

Carlos Poblete Ávila,

Profesor de Estado