La alergia es una reacción del sistema inmunológico frente a determinadas sustancias. Estudiarla con exámenes de laboratorio es fundamental para guiar de mejor forma el tratamiento, explica académica de la USS.
Las alergias son una reacción de hipersensibilidad del sistema inmune cuando éste se expone a una sustancia externa, denominada “alérgeno”. Frente a esta exposición, nuestro sistema responde liberando Histamina e Inmunoglobulina E, sustancias que pueden provocar algunas manifestaciones como estornudos, rinitis alérgica, conjuntivitis, dermatitis y asma.
Para identificar y tomar medidas frente a las alergias es fundamental la realización de exámenes de laboratorio. Estos son solicitados por el médico tratante, quien determinará la mejor opción para cada caso.
“Desde el laboratorio, los tecnólogos colaboramos con la realización de diferentes pruebas, que por lo general no representan dolor para el paciente”, explica Valentina Jara, tecnóloga médica, con mención en Laboratorio Clínico y docente de Tecnología Médica de la U. San Sebastián (USS).
Entre los exámenes solicitados se encuentran los test de parches y/o test cutáneo, prick test y la cuantificación de Inmunoglobulina E (IgE) y de eosinófilos nasales, comenta la profesional.
El test de parches consiste en “aplicar un parche que contiene los alérgenos más comunes que pueden provocar la reacción inmunológica, pero en baja concentración”, especifica la docente. Se deja en contacto con la piel por 2 días y, posterior a este tiempo, se retira, analizando la zona de la piel que estuvo en contacto con los alérgenos.
“No es un examen doloroso, sin embargo, puede ser molesto cuando la reacción es muy exacerbada. Por otra parte, el prick test nos permite conocer la sensibilización inmediata a alérgenos ambientales, medicamentos, alimentos, entre otros de tipo IgE. Se trata de una prueba rápida, cuyos resultados se pueden obtener de manera inmediata”, destaca Valentina Jara.
Con el fin de complementar el estudio de las alergias, se realiza la cuantificación de IgE, “prueba que nos entregará el alérgeno específico frente al cual se está reaccionando, lo que también puede ir acompañado del aumento celular específico de eosinófilos y basófilos en el Hemograma, células alérgicas vinculadas a procesos alérgicos”, puntualiza la tecnólogo médico.
“La cuantificación de IgE específica para el alérgeno en estudio es una prueba que se obtiene por venopunción, al igual que el aumento de eosinófilos y basófilos en el hemograma. Este procedimiento puede ser molesto para el paciente, sobre todo si es un niño”, explica la académica.
Finalmente, la búsqueda de eosinófilos nasales se realiza desde una muestra de secreción nasal. “Se introduce un hisopo en ambas fosas nasales, frotando este para obtener una muestra de calidad, luego se realiza un extendido en un portaobjeto, el cual se traslada al laboratorio, donde se procesa con una tinción colorante y se observa al microscopio, entregando un informe con el recuento absoluto y porcentual de eosinófilos contados, porcentaje que se correlaciona con el proceso alérgico cursado”, concluye la facultativa.
Comentarios
Noticias recientes
Más Leídas