Los abogados del médico Luis Arenas solicitaron, a través de una audiencia de cautela al Tribunal de Garantía, que se ordenara a la Fiscalía de Rancagua la entrega de su celular, que había sido incautado en medio de una causa que se llevaba en su contra.
El profesional fue juzgado y cumplió condena tras ser acusado del delito de narcotráfico y lavado de dinero, a raíz de la entrega de recetas para la compra de medicamentos Sentis y Evenir, sin una consulta médica de por medio.
El fin de esta petición, que además involucra las copias de sus conversaciones por Whatsapp y comunicaciones telefónicas privadas, es que no sigan siendo utilizadas por la Fiscalía.
La audiencia de cautela de garantía se llevó a cabo el pasado lunes. oportunidad donde se rechazó la solicitud de la defensa del doctor Arenas.
Uno de los abogados que representa al médico en esta causa, Luis Valdenegro, detalló que “nosotros interpusimos una cautela de garantías a favor de Luis Arenas. Se nos rechazó la petición porque señalan que el teléfono marca iphone de propiedad de Luis Arenas que está señalado en nuestro escrito, hoy día se encuentra a disposición de la Fiscalía Metropolitana Sur, la que tiene a cargo la causa del ministro (Emilio) Elgueta.
Para el jurista, lo delicado de este tema radica en que “cuando Luis Arenas fue detenido y condenado, no se ordenó el decomiso de ese teléfono. La Fiscalía debió haberlo devuelto y en vez de devolverse el teléfono, en diciembre de 2018, ellos decidieron solicitar una orden en una causa distinta, que actualmente se sigue en contra del ministro Elgueta para disponer el vaciado del teléfono”.
Asimismo, Valdenegro aseguró que esta acción “nosotros consideramos es ilegal porque ese teléfono no debió haber estado en poder del Ministerio Público para realizar diligencias, sino que debió haber estado en manos de Luis Arenas, afectándose su intimidad y además de eso, en una situación más grave aún”.
Aseguró que el médico “todo este tiempo ha permanecido en silencio porque no ha querido afectar las defensas, en especial con Marcelo Albornoz, por la cercanía que tenía él con este, pero Luis Arenas dice que cuando se le solicitó por parte de Marcelo Albornoz este millón y medio (de pesos), en realidad no fue una solicitud de dinero, sino un acuerdo para ir en apoyo de una persona que era de la Masonería, de la logia a la que ambos pertenecían, y que esas conversaciones se encuentran registradas dentro de la serie de conversaciones privadas que mantenían y que se supone él entendió que en algún momento habían sido destruidas”.
Valdenegro insiste en que aún no se conocen detalles de otra parte de la conversación telefónica donde «habla claramente de que el dinero no era para Marcelo Albornoz, sino que estaban reuniéndola entre varios amigos para otra persona. Esa comunicación es la que se nos ha privado que sea entregada para poder demostrar que la honra de Marcelo Albornoz, que además nunca estuvo imputada por un delito, fue amancillada con esta edición que se hizo de las comunicaciones de Luis Arenas”.
El abogado asegura que el Tribunal de Garantía ya resolvió que todo lo relativo a la petición de la devolución del teléfono de Luis Arenas “no se puede realizar en esta causa porque ya terminó, porque ya cumplió incluso condena”.
“Por esta razón estamos estudiando las acciones a seguir para hacernos parte en la causa donde el teléfono se encuentra hoy día incautado y se deben encontrar también todas las comunicaciones privadas de Luis Arenas y que el Tribunal de Garantía resolvió que no le pertenecían a nadie más que a Luis Arenas”.
En cuanto a que si estos audios tienen relación con la información que fue entregada mediante un oficio por la seremi de Justicia, Bárbara Perry, y que dio inicio a la investigación de la ministra Rosa Maria Maggi, el abogado resaltó que “nosotros no entendemos cómo esos audios pueden haber sido entregados a la Seremía de Justicia. Nosotros nos referimos a los audios de conversaciones privadas de Luis Arenas con Marcelo Albornoz, que no constituyen delitos y que no debieron haber sido entregados a ninguna persona y menos a un medio de comunicación (…) sin la autorización del propietario de esas comunicaciones”.
El abogado refirió que existe una resolución -en la causa 15569-216, del 20 de diciembre del año pasado- “que interpreta malamente, a nuestro parecer, una resolución que había dictado el propio juez el 17 de abril de 2017. En esa resolución se ordenó -en la primera- la destrucción de todas las comunicaciones de Luis Arenas y -en la segunda. de diciembre- se interpreta y se dice que solamente se debían haber destruido las conversaciones privadas de Luis Arenas, manteniendo vigente las comunicaciones que podían constituir la investigación de un delito, que no es el caso que ocurrió con Marcelo albornoz”.
Enfatizó que “con él se ha dicho que nunca fue imputado por el Ministerio Público, entonces el hecho de que el Ministerio Público o alguien haya entregado estas conversaciones a terceros, ajenos al procedimiento y que haya llegado a manos de la prensa, la Seremía y de la Corte Suprema -y nos referimos específicamente a la (conversación) de Marcelo Albornoz con Luis Arenas- es una situación grave que afecta la intimidad de Arenas y que afectó la vida una persona como Marcelo Albornoz que no soportó y que se quitó la vida”.
“El tribunal nos señaló que eso ya no se encuentra en los elementos de esa investigación, sino que están adjuntos a la causa del ministro Elgueta», dice el abogado, quien asegura que «estamos estudiando cómo nos presentamos en esa causa para seguir haciendo la petición”.
Caso Ministro Elgueta
Por otra parte, Valdenegro aclaró que “las comunicaciones que Elgueta reclama son una transcripción distinta, porque no son comunicaciones telefónicas. Lo que reclama Elgueta o su abogada -creemos que con razón- es que el vaciado de las comunicaciones de Whatsapp que tenía Luis Arenas con él no pueden ser utilizadas porque no había justificación para hacerlo y nosotros coincidimos”.
Explicó “nos enteramos ahora que ese vaciado se dispuso mediante una resolución, a la cual no tenemos acceso porque esa causa es reservada, del día 18 de diciembre del año 2018, en la causa del ministro Elgueta, en donde se ordena el vaciado del teléfono de Luis Arenas que debió haber sido devuelto el 4 de abril de 2017 por la Fiscalía y que la Fiscalía no tenía por qué haber realizado diligencias intrusivas con él, sin el consentimiento de Luis Arenas que era propietario del teléfono que no debían haber tenido ellos”.
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“Lo que nosotros queremos es recuperar el teléfono, el contenido de las conversaciones privadas de Luis Arenas y en especial la otra parte de la conversación que se filtró», porque -según asegura el abogado Luis Valdenegro- «se filtró editada».
El profesional insiste en que «se filtró una conversación donde se habla de un millón y medio (de pesos), pero falta la otra parte de la comunicación en donde se señala que ese dinero es para la ayuda de un masón que finalmente falleció. La beneficiaria de ese dinero era una persona que se encontraba con un cáncer terminal en aquella época y que esa persona falleció producto de la enfermedad”.
Valdenegro manifestó que “el Ministerio Público entregó algo que no debió haber entregado porque era una conversación privada que no constituía delito alguno y lo entregó parcializado”.
Detalló que consta en el expediente de la ministra Rosa María Maggi el nombre del masón para quién era la ayuda y los datos completos. Dentro de la masonería existen reglas que no permiten entregar la identidad de la persona a pesar de haber sido exonerados ellos y que deben respetar.
“La instrucción precisa que nos entrega Luis Arenas a nosotros es limpiar el nombre de Marcelo Albornoz porque su nombre fue amancillado por personas que no se sabe qué intenciones tenían detrás de filtrar conversaciones privadas y editadas”, añadió.
Finalmente, alegó que “estamos estudiando hacernos parte en la causa donde el teléfono se encuentra incautado ilegítimamente. Luis Arenas se va a constituir como parte tercerista en la causa del ministro Elgueta para reclamar la posesión de su teléfono y de todas sus conversaciones privadas».