A pesar de que tan solo 85 kilómetros separan Rancagua de Santiago, no es común que la región de O’Higgins reciba la visita del Presidente de la República. Y en esta ocasión, la presencia de Sebastián Piñera era esperada porque anunciaría una serie de proyectos que se deben transformar en la hoja de ruta que impulsen el desarrollo de la región.
Especialmente porque los últimos indicadores golpearon fuertemente a la zona: Según el INE, el desempleo entre agosto y octubre llegó a 8,3% en O’Higgins (la región con mayor tasa de desocupación del país), donde la futura mano de obra que es absorbida por el agro entre octubre y marzo se vería fuertemente afectada por las granizadas de mediados de noviembre.
A esto se suma un informe de PNUD que señala que la región se encuentra entre las 5 del país con peor Índice de Desarrollo Humano.
Además, algunos sectores económicos estaban a la espera de mejores señales respecto a las proyecciones de inversión y crecimiento en la zona.
De ahí la necesidad de reforzar el discurso. Por ello, la visita del presidente llega en un momento oportuno, ya que viene a aclarar para dónde apuntan las políticas públicas en los próximos cuatro años.
En el balance, este Plan Regional puso en la mesa una serie de proyectos que buscan impulsar el desarrollo y también mejorar la calidad de vida de los habitantes de esta zona. Hay algunos potentes, como los relacionados a salud, educación y conectividad.
Las dudas surgen respecto a la celeridad con que muchos de estos se llevarán a cabo, porque históricamente hemos sufrido como región las postergaciones o retrasos de proyectos emblemáticos que solo atentan contra una ya alicaída fe pública. Los recursos, de dónde se obtengan, también son un tema clave para avanzar en estas iniciativas.
Es de esperar que esta batería de anuncios no solo queden en el discurso y comiencen a concretarse por el bien de esta región y sus habitantes.
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