La Policía de Investigaciones (PDI) logró desbaratar una banda que se dedicaba a las estafas telefónicas desde el interior de la cárcel de Rancagua.
El hecho se registró luego que una mujer adulto mayor recibiera una llamada telefónica de parte de un supuesto sobrino, quien le estaba solicitando la suma de $990 mil, en cuatro cuentas diferentes para contratar el servicio de una grúa. Ante la situación, sin dudar, la mujer efectúo los respectivos depósitos.
Una vez que tomó contacto con su verdadero sobrino, se percató que había sido víctima de una estafa, por lo que interpusieron una denuncia en el Bridec Metropolitano, quienes lograron establecer que se trataban de cuentas que operaban desde la región de O`Higgins.
En virtud a los antecedentes, detectives de la brigada especializada con asiento en Rancagua, efectuaron el trabajo científico técnico, entre ellos la toma de declaraciones y diversos empadronamientos, logrando establecer en a lo menos seis cuentas puentes donde fueron depositados los dineros, y que los autores intelectuales eran dos reclusos de la cárcel de Rancagua, con antecedentes por los delitos de robo con intimidación, y estafa y otras defraudaciones.
Es así que el fiscal de turno, una vez enterado de la investigación criminal efectuada por los detectives, dispuso las coordinaciones correspondientes, para solicitar diversas entradas y registros a los domicilios de los imputados, como también con Gendarmería de Chile, para una inspección en las celdas de los dos reclusos, lugar donde se incautaron tres teléfonos celulares utilizados para las estafas telefónicas.
Con los resultados de la investigación, el fiscal de turno dispuso que de las seis personas que utilizaron sus cuentas, solo una sea puesta a disposición del Juzgado de Garantía de Rancagua, por el delito de estafa y otras defraudaciones.