El último miércoles se celebró el Día Internacional de la Epilepsia. La epilepsia es la enfermedad neurológica crónica no heredable más frecuente en el mundo y de mayor impacto. Afecta a más de 50 millones de personas siendo el peak de mayor prevalencia en la infancia y en la tercera edad.
La epilepsia ha sido declarada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como una patología frecuente, tratable en su mayoría, pero que afecta severamente al individuo en términos de calidad de vida, siendo un estigma social, por lo que es característico que el paciente o su familia oculten el padecimiento, con lo que se expone al riesgo de tener una crisis que se hubiera evitado, de actuar correctamente.
En Chile según datos del Ministerio de Salud afecta al 1% de la población. Y una de las áreas que se encuentran en pleno desarrollo para atender a pacientes que padecen esta enfermedad es la odontológica. Para José Miguel López, médico, dentista y académico de la Facultad de Odontología de la Universidad San Sebastián, la correcta atención odontológica de un paciente con epilepsia parte por “conocer su historia clínica completa, preguntando por los antecedentes de las crisis antes ocurridas, la existencia de manifestaciones previas antes de las crisis (pródromos o aura), así como de posibles factores desencadenantes de las crisis y medicación antiepiléptica”.
«La ansiedad y el estrés son altamente frecuentes debido al contexto en el que se realiza la atención odontológica, por lo que se deben tomar medidas previas de relajación como psicoterapia o sedación farmacológica sobre todo en pacientes con personalidades que son más propensos a padecer de ansiedad”, explica el académico.
El doctor agrega que otro punto a considerar es la suspensión del tratamiento antiepiléptico habitual, ya que muchas veces los pacientes creen que al ser sometido a una intervención dental deben suspender el tratamiento; por ello, el odontólogo debe asegurarse de la correcta administración de los fármacos antes de realizar la atención.